EL GRAN SECRETO DEL AMOR AL DESCUBIERTO
A lo largo de nuestras vidas, siempre se nos ha dicho que el amor es un gran misterio. Muchas veces no comprendemos por qué nos enamoramos de una persona que a vista de todos es la peor elección y somos incapaces de enamorarnos de esa persona que a todas luces parece la mejor del mundo. Nos cuesta trabajo saber qué nos pasa y qué le pasa a nuestras parejas, amigos o enamorados en materia de amor. Muchas veces no sabemos elegir a la pareja correcta cuando la vida nos pone por delante más de una opción. Para tratar de echar algo de luz sobre estos particulares aquí les dejo algunas reflexiones que espero les sirvan de utilidad.
En el momento en que todo era Dios, conglomerados o familias de 64 mónadas, se desprendieron del cuerpo del Todo UNO. Es muy importante comprender el poder de esta Unidad de 64 seres, y es importante por su perfección. Sólo una estructura perfecta podía desprenderse de la perfección pura que es Dios. 64 se obtiene de multiplicar 8x8, y ya sabemos que para los chinos el 8 es el número de la buena suerte.
Es importante que comprendamos que toda alma humana añora la paz y la estabilidad que le da el 64, es decir, esta unión de cada uno de nosotros con 63 seres idénticos a nosotros que conforman con nosotros nuestra primera familia monádica inicial.
Como el proceso de bipartición continuó, sucedió que la familia inicial se dividió en dos subfamilias de 32 y 32 seres. De este modo, empezamos cada uno de nosotros a mantener en cuanto a cargas electromagnéticas, una relación específica con esos 31 seres que continuaron viaje con nosotros, y lo mismo, con esos 32 seres o almas gemelas que siguieron viaje en una dirección contraria a la nuestra.
Ahora bien, esos dos grupos de 32 seres se subdividieron en 16 y 16, y por tanto, ya aparecen aquí 4 categorías de seres, los 15 que siguieron con nosotros, los 16 que se separaron de nosotros a última hora, y los otros dos grupos de 16 seres que ya se habían desprendido de nosotros. Cada uno de estos seres tienen peculiaridades que nos asemejan y diferencian de nosotros.
Luego cuando ocurre la nueva bipartición que nos convierte en grupitos de 8 mónadas, aparecen 8 nuevas categorías. Cuando aparecen grupos de 4 mónadas, aparecen 16 categorías de seres.
Quiero detenerme en este momento en que cada uno de nosotros formaba un grupo de 4 seres con otras tres personas. Cada uno de nosotros en este punto, formaba una unidad perfecta con su alma gemela original, con su alma compañera original y con su neutro. Cuando este unidad de 4 se convirtió en una unidad de dos, cada uno de nosotros tuvo que renunciar a un ser muy amado, ese ser muy amado es nuestra alma compañera original, y de este modo, nos quedamos siendo UNO con nuestra alma gemela original. Pero al ocurrir la ruptura, nos quedamos solos, siendo una mónada que en un largo proceso evolutivo nos fuimos apropiando de los cuerpos átmico y búdico, los cuales, conjuntamente con el cuerpo monádico conforman nuestra alma, nuestro principio espiritual, y luego esta semilla espiritual se recubrió de los 3 cuerpos materiales que son los cuerpos mental, astral o emocional y físico.
Cada ser encarnado en la tierra siente, intuye que es un ser incompleto, pero no es capaz de sospechar que está incompleto porque le faltan 63 trozos. Erróneamente ha creído que existe una mitad que lo complementará hasta el punto de alcanzar esa paz y felicidad que añora, sin saber que incluso, encontrando a su alma gemela, seguirá sintiéndose incompleto.
Pero esto se complica mucho más porque el ser humano en la tierra, tiene despiertas y activadas sus conciencias materiales, pero adormecidas y latentes sus conciencias espirituales. ¿Qué quiere esto decir? Quiere decir que cada uno de nosotros atraemos hacia nuestra vida con la misma fuerza e intensidad en vez de a una única persona, a dos personas: a nuestra alma gemela y a nuestra alma compañera.
Lo que ocurre es que la naturaleza de esa atracción es diferente. Al alma gemela la atraemos con nuestras conciencias espirituales, es decir, con nuestras conciencias monádica, átmica y búdica. Mientras que a nuestra alma compañera la atraemos con nuestras conciencias materiales: mental, astral o emocional y física.
EL AMOR CON EL ALMA GEMELA(RELACIONES DE ESFUERZO)
Cuando estamos frente a nuestra alma gemela ocurre que sentimos algo muy fuerte, pero nuestra conciencia racional no lo comprende. De hecho, la conciencia emocional y mental tienden a rechazar a esa persona, precisamente por no comprenderlo. Por eso en este estadio humano, las almas gemelas se dedican más a entregarse sexualmente que a compartir emociones, sentimientos y pensamientos. Es algo complicado, porque cuando desconectas tu mente y te entregas a los placeres del sexo, sientes que todo es perfecto, pero cuando luego desde tu mente tratas de imaginar una vida en pareja con esa persona, ves que no es lo que andas buscando. Si te casas con tu alma gemela, aparecerán los problemas por los choques emocionales y mentales y cada una de las partes irá a refugiarse en los brazos de su alma compañera.
Muchas veces sucede que nos casamos con nuestra alma gemela, y después de un tiempo de casados, cuando ya lo conoces mejor, te preguntas: ¿Qué hago yo casado con esta persona? Si es que somos distintos en todo. Pero es que la pasión sexual, y muchas veces, los condicionamientos kármicos favorables, hicieron el resto.
O puede ser que hayamos tenido un contacto fugaz con nuestra alma gemela. Pudo haber sido alguien que pasó por nuestra vida un instante, y luego desapareció, pero nos dejó una huella tan profunda, que nunca lo hemos podido olvidar, y nunca nos sentimos en la cama tan bien como con esa persona. Pero esa persona era un loco o una loca, alguien con quien parecía imposible establecer una relación de pareja, y nuestra cordura, nuestra lucidez, nuestra mente, y a veces hasta nuestra familia, nos hicieron desistir de la idea de emparejarnos con él o con ella.
Muchas veces las relaciones con nuestras almas gemelas se rompen violentamente y nos quedamos llenos de resentimientos y de heridas, y nos quedamos confusos porque sentimos como si algo muy profundo de nosotros mismos se hiciera añicos. Pues bien, mientras el ser humano siga teniendo adormecidas sus conciencias espirituales, no estará en condiciones de establecer relaciones duraderas y satisfactorias con su alma gemela. Y muchos de nosotros no estaremos en condiciones siquiera, de tener algo con estos seres. Sobre todo si somos personas demasiado mentales, demasiado contenidas y si confiamos cada uno de nuestros pasos a los designios de nuestra mente racional. Sólo inhibiendo la conciencia racional podremos encontrarnos y aceptar a nuestra alma gemela.
EL AMOR CON EL ALMA COMPAÑERA(RELACIONES DE COMPENSACIÓN)
El alma compañera, por su parte, es un ser cuyas emociones, sentimientos y pensamientos son casi idénticos a los nuestros. Eso te hace experimentar un placer extraordinario que termina convirtiéndose en amor, pero muchas veces sucede que no existe entre ambos el fuego de la pasión sexual, y esto es justamente lo que nos hace dudar de haber encontrado a la pareja ideal. Con tu alma compañera muchas veces no sientes química sexual, o lo sexual siempre aparece atenuado y en un segundo plano, y es por eso que casi siempre las personas que terminan emparejadas con sus almas compañeras, son esas que después de haber sufrido las heridas de la relación con el alma gemela, necesitan encontrar en un alma compañera justamente esa compatibilidad de emociones, sentimientos y pensamientos que el alma gemela es incapaz de darnos.
Hay algo que todos debemos conocer, y es que existen fuerzas espirituales que entorpecen las relaciones entre las almas compañeras y le dan prioridad a las relaciones entre las almas gemelas. ¿Por qué? Pues porque como el ser humano se encuentra en estos momentos en un estadio de conciencia en el que somos fundamentalmente emocionales y mentales, las relaciones de amor con nuestras almas compañeras se dan con mucha facilidad y por tanto, no es aquí donde tienen que trabajar nuestros espíritus protectores y demás fuerzas espirituales. El trabajo casi siempre lo realizan en función de que seamos todos capaces de amar a nuestras almas gemelas, porque la tendencia natural de todos, es a rechazar a estos seres, por no comprenderlos y por parecernos diferentes y distantes de nosotros.
Muchas veces las relaciones entre las almas compañeras se resienten porque sucede que de repente se alejan sin un motivo aparente, muchas veces ocurre sin que medie la voluntad de ninguno de los dos. De hecho, las fuerzas espirituales que nos guían, pasan mucho trabajo para alejar a las almas compañeras. Les ponen miles de obstáculos en el camino para hacerlos desistir de que la otra persona está predestinada para ellos, y hacen que todo fluya con más facilidad con las almas gemelas.
Una vez conocido esto, cuando estemos junto a nuestra alma compañera, debemos aprender a no guardarle rencor y si lo hemos amado, no dejar de hacerlo, porque en realidad, nuestra alma compañera se merece ser amado, y nosotros nos merecemos el amor de nuestra alma compañera.
Una vez experimentado estos dos tipos de amores diferentes, llegamos a la conclusión de que la pareja ideal sería una mezcla de estas dos personas. Como todos hemos encontrado en el camino de nuestras vidas a nuestra alma gemela y a nuestra alma compañera, hemos experimentado las dos clases de amor, pero decidirnos por uno de los dos es complicado porque a ambas clases de amores, le falta algo. Por eso lo que hacemos a lo largo de nuestras sucesivas encarnaciones es emparejarnos con uno de los dos y asumir las carencias, o renunciar a ambos.
De aquí podemos sacar otras conclusiones y es que nadie viene a nosotros del todo libre, todo el mundo viene a nosotros escondiendo un amor. Nuestra alma gemela viene a nosotros escondiendo a su alma compañera, y nuestra alma compañera viene a nosotros escondiendo a su alma gemela. Como nuestra cultura nos ha obligado a aferrarnos al paradigma de la pareja, es decir del DOS, nuestras mentes han aceptado esta idea como la válida y correcta, y nos aferramos a cumplir con ella, pero en el fondo de nuestras almas, sabemos que todos llevamos enterrado un amor, ya sea el amor por nuestra alma gemela o el amor por nuestra alma compañera.
Incluso, todo podría complicarse mucho más en nuestras vidas si se da el caso de que nuestro cuerpo esté animado por más de un alma, cosa que sucede cuando nuestros padres han tenido abortos previos o posteriores a nuestro nacimiento. Si en un mismo cuerpo de una persona, anidan 3 almas diferentes, la persona tendrá que equilibrar en una sola vida, los karmas de esas tres personas, y las almas gemelas y compañeras que se cruzarán en su camino, se multiplicarán por tres.
Ahora bien, ¿cuál es el camino correcto a seguir en el amor? ¿Con quién debemos quedarnos, con nuestra alma gemela o con nuestra alma compañera? En realidad no deberíamos matar a uno de estos amores para hacer prevalecer al otro. Lo hemos venido haciendo durante siglos, pero la realidad es que estos amores son complementarios y deberíamos crear un marco social para que ambos coexistan.
De hecho, cada uno de nosotros tiene 32 almas gemelas y 31 almas compañeras con las que establecemos relaciones a lo largo de nuestras vidas. Ellas van viniendo a nosotros no sólo como parejas, sino también como amigos, como familiares, etc.
ALMAS GEMELAS
1-Relaciones kármicas: Existen almas gemelas con las que nos hemos relacionado en vidas pasadas y arrastramos con ellas un karma que nos enlaza y condiciona para bien o para mal nuestra relación.
2-Relaciones Dhármicas: Existen almas gemelas con las que no nos hemos relacionado y vienen a nuestras vidas en esta encarnación por primera vez, no por karma, sino simplemente por vibración.
ALMAS COMPAÑERAS
1-Relaciones kármicas: Existen almas compañeras con las que nos hemos relacionado en vidas pasadas y arrastramos con ellas un karma que nos enlaza y condiciona para bien o para mal nuestra relación.
2-Relaciones Dhármicas: Existen almas compañeras con las que no nos hemos relacionado y vienen a nuestras vidas en esta encarnación por primera vez, no por karma, sino simplemente por vibración.
Una vez explicado todo esto, quedamos en mejores condiciones de meditar sobre nuestra vida amorosa, quedamos en condiciones de entender mucho mejor qué es lo que nos pasa y nos ha pasado, y quedamos en condiciones de poder clasificar a cada uno de los amores que hemos vivido, y de los amores que vendrán. Porque al final, el camino de regreso a Dios, pasa por religarnos (y es esta la única y verdadera religión) con nuestros 63 familiares originales que partieron de Dios a nuestro lado desde el principio de los tiempos.
Publicado por JOSÉ TADEO TÁPANES ZERQUERA en: http://josetadeotapaneszerquera1.blogspot.com.es/