LA MENTE CUÁNTICA:
CÓMO TRANSFORMAR NUESTRA REALIDAD
¿Has oído hablar de la mente cuántica? En la
interpretación de todo lo que te sucede, ya sea en el exterior o en tu
interior, influyen las creencias que se encuentran arraigadas en tu
subconsciente. Por otro lado, muchas de estas creencias son erróneas y nos
llevan a pensamientos, emociones y comportamientos que constituyen fuentes de
bloqueo y sufrimiento.
Piensa que todos tenemos el poder de transformar
nuestra realidad e incluso de elegir las ilusiones que alimentamos. Pero
para llegar a esto, antes es necesario que comprendas qué es la mente
cuántica. Todos los seres vivos y todo lo que tenemos a nuestro alrededor
-lo que creemos que es la realidad- está formado por átomos. Átomos cuyo
interior es en gran parte vacío.
Además, para entender este artículo piensa en lo
siguiente: en tu vida todo lo físico no se compone de materia, sino de
campos energéticos o de patrones de frecuencia de información.
La materia es más «nada» (energía) que «algo» (partículas). La
vieja escuela creía que los electrones orbitaban alrededor del núcleo como los
planetas orbitan alrededor del sol. La nueva escuela nos dice que el átomo se
compone de un 99,99999 por ciento de energía y de un 00,00001 por ciento de materia.
En forma de proporción, eso es casi nada.
Los físicos cuánticos descubrieron que la persona que
está observando las infinitesimales partículas del átomo afecta la conducta de
la energía y la materia. Los experimentos cuánticos demostraron que los electrones
existen como una infinidad de posibilidades o probabilidades en un campo
invisible de energía.
Pero solo cuando el observador se fija en cualquier
localización de un electrón, es cuando aparece ese electrón. En suma, una
partícula no puede manifestarse en la realidad, es decir, en el
espacio-tiempo tal como nosotros lo conocemos hasta que es observada.
Entonces, cuando el observador «busca» un electrón hay un
punto concreto en el espacio y el tiempo en el que todas las posibilidades del
electrón se colapsan en un suceso físico.
Con este descubrimiento, mente y materia ya no pueden seguir
considerándose de manera separada; están intrínsecamente ligadas, porque la
mente subjetiva ejerce cambios perceptibles en el mundo físico objetivo:
hablamos de una mente cuántica.
Piensa que, si a nivel subatómico la energía responde a tu
atención y se convierte en materia, ¿cómo cambiaría tu vida si aprendieras
a dirigir el efecto observador y a colapsar infinitas ondas de
probabilidad en la realidad que deseas? ¿Serías un mejor observador de vida que
deseas vivir?
El poder de nuestra mente cuántica: pensamientos y
sentimientos
Por naturaleza, todo lo que existe en el universo
físico está hecho de partículas subatómicas como los electrones. Estas
partículas están en un estado de onda (energía, recuerda que es el 99,99999%)
mientras no son observadas. Potencialmente son «todo» y «nada» hasta que las
observan. Existen por todas partes y en ningún lugar hasta que son observadas.
Por lo tanto, todo lo que existe en nuestra realidad
física existe como puro potencial. Si las partículas subatómicas pueden existir
de forma simultánea en una infinidad de posibles lugares, somos en potencia
capaces de colapsar en una infinidad de posibles realidades.
Es decir, si puedes imaginar un acontecimiento futuro en tu
vida basándote en deseos tuyos, esta realidad ya existe como posibilidad en el
campo cuántico esperando a que la observes. Si tu mente cuántica es capaz
de influir en la aparición de un electrón, en teoría también puede influir en
la aparición de cualquier posibilidad.
El pensamiento y la mente cuántica
Nuestros pensamientos y sentimientos no son una excepción en
todo esto. Tanto los pensamientos como los sentimientos tienen una
señal electromagnética. Nuestros pensamientos envían una señal eléctrica
al campo cuántico. Así nuestros sentimientos tendrían el poder de
«atraer magnéticamente» situaciones en la vida.
Al unirse, lo que pensamos y lo que sentimos produce un
estado del ser que genera una huella electromagnética, que a su vez influye en
cada átomo de nuestro mundo. Ese hecho hace que nos preguntemos: ¿Qué estoy
transmitiendo (de manera consciente o inconsciente) en la vida cotidiana?
Todas las experiencias existen en potencia como improntas
electromagnéticas en el campo cuántico.
Hay una infinidad de posibles huellas
electromagnéticas (de genialidad, riqueza, libertad, salud…) que ya
existen como un patrón de frecuencia de energía.
Si al cambiar tu estado del ser (es decir, cambiar tus
creencias, emociones y comportamientos) crearas un nuevo campo electromagnético
que coincidiera con este potencial en el campo cuántico de la información, ¿es
posible que te toparas con esta situación al ser atraído por ella o
que la situación te encontrara a ti? Todo indica que es una hipótesis probable
en función de los conocimientos de física con los que contamos.
Pero para que esto ocurra, has de hacer conscientes
todas aquellas creencias que están en el subconsciente y que te provocan
bloqueos. Por ejemplo, tú conscientemente quieres tener dinero pero tu
mente subconsciente da la contraorden: de pequeño viste y escuchaste que el
dinero es muy difícil de conseguir y que las personas ricas son prepotentes.
Esta señal es la que tu mente subconsciente manda al campo
cuántico, y por eso no atraes dinero a tu vida. Habría que desbloquear este
tipo de creencias porque el cambio requiere coherencia.
El principio de coherencia
La coherencia empieza alineando los pensamientos y los
sentimientos. ¿Cuántas veces has intentado crear algo, creyendo en tu mente
cuántica que lo lograrías, mientras tu corazón te decía lo contrario? ¿Qué resultado
produjo aquella señal incoherente que estabas enviando?
Las ondas de una señal son mucho más potentes cuando son
coherentes, y lo mismo ocurre cuando tus pensamientos están alineados con tus
sentimientos. Cuando tus pensamientos claros y centrados en tu objetivo van
acompañados de una apasionada implicación emocional, transmites una señal
electromagnética más potente que te atrae hacia una posible realidad que
coincide con la que tú deseas.
A lo mejor quieres abundancia en tu vida, tienes pensamientos
de ser rico, pero si te sientes pobre, y siguiendo las hipótesis que estamos
exponiendo, no vas a atraer la abundancia en tu vida. ¿Por qué no? Porque los
pensamientos son el
lenguaje del cerebro, y los sentimientos el lenguaje del cuerpo.
Estás pensando una cosa y sintiendo otra totalmente
distinta. Y cuando no existe esa coherencia, el campo tampoco responde de forma
coherente. Piensa que en ti hay un enorme poder para crear la realidad en la
que habitas.
Crea tu vida
Joe Dispenza, bioquímico y neurocientífico, se está
convirtiendo en estos últimos años un abanderado de la mente y la realidad
cuántica. Dispenza afirma que «la mente determina la experiencia exterior,
porque todo se reduce a campos de energía, de modo que nuestro pensamiento
altera constantemente nuestra realidad». Así pues, según el autor «es
posible cambiar las circunstancias de la realidad si sabemos cómo».
«La mayoría de las personas están pensando en sus problemas
en lugar de pensar en las posibilidades».
-Joe Dispenza-
Dispenza asegura que creamos nuestro futuro. La cuestión es
que siempre creamos el mismo reafirmando nuestra personalidad. Vivimos guiados
por una serie de pensamientos, conductas y reacciones emocionales que hemos
memorizado y que son muy adictivos. Afirma que son como programas informáticos
instalados en el subconsciente.
Así pues, según el autor, parte del cambio para crear la
vida que queremos radica «en ser más grande que las circunstancias de
tu vida. O somos las víctimas de nuestra realidad o los creadores». Dispenza
asegura que cuando tenemos una visión de la vida, nuestro comportamiento debe
responder a sus intenciones. La mente y el cuerpo deben trabajar juntos, debe
haber coherencia. Para que ocurra algo nuevo, hemos de hacer que suceda algo
nuevo. «Si quiere crear una nueva realidad persona, tiene que, literalmente,
convertirse en otra persona».
*Nota de editorial: la teoría expuesta en este artículo, en
lo que a la parte psicológica se refiere, actualmente no cuenta con una base
experimental sólida que la sostenga. Lo que sí está comprobado es que nuestra
manera de pensar, a través de fenómenos como el de la profecía autocumplida,
tiene un fuerte impacto sobre la realidad que configuramos con nuestra
conducta, aunque sea de manera indirecta.
**Este artículo fue redactado y avalado por la psicóloga
Joana Pérez
***FUENTE: https://lamenteesmaravillosa.com