jueves, 29 de agosto de 2019

LA MENTE CUÁNTICA: CÓMO TRANSFORMAR NUESTRA REALIDAD


LA MENTE CUÁNTICA:
CÓMO TRANSFORMAR NUESTRA REALIDAD


¿Has oído hablar de la mente cuántica? En la interpretación de todo lo que te sucede, ya sea en el exterior o en tu interior, influyen las creencias que se encuentran arraigadas en tu subconsciente. Por otro lado, muchas de estas creencias son erróneas y nos llevan a pensamientos, emociones y comportamientos que constituyen fuentes de bloqueo y sufrimiento.

Piensa que todos tenemos el poder de transformar nuestra realidad e incluso de elegir las ilusiones que alimentamos. Pero para llegar a esto, antes es necesario que comprendas qué es la mente cuántica. Todos los seres vivos y todo lo que tenemos a nuestro alrededor -lo que creemos que es la realidad- está formado por átomos. Átomos cuyo interior es en gran parte vacío.

Además, para entender este artículo piensa en lo siguiente: en tu vida todo lo físico no se compone de materia, sino de campos energéticos o de patrones de frecuencia de información.

Nuestra mente es una mente cuántica



La materia es más «nada» (energía) que «algo» (partículas). La vieja escuela creía que los electrones orbitaban alrededor del núcleo como los planetas orbitan alrededor del sol. La nueva escuela nos dice que el átomo se compone de un 99,99999 por ciento de energía y de un 00,00001 por ciento de materia. En forma de proporción, eso es casi nada.

Los físicos cuánticos descubrieron que la persona que está observando las infinitesimales partículas del átomo afecta la conducta de la energía y la materia. Los experimentos cuánticos demostraron que los electrones existen como una infinidad de posibilidades o probabilidades en un campo invisible de energía.

Pero solo cuando el observador se fija en cualquier localización de un electrón, es cuando aparece ese electrón. En suma, una partícula no puede manifestarse en la realidad, es decir, en el espacio-tiempo tal como nosotros lo conocemos hasta que es observada.

Entonces, cuando el observador «busca» un electrón hay un punto concreto en el espacio y el tiempo en el que todas las posibilidades del electrón se colapsan en un suceso físico.

Con este descubrimiento, mente y materia ya no pueden seguir considerándose de manera separada; están intrínsecamente ligadas, porque la mente subjetiva ejerce cambios perceptibles en el mundo físico objetivo: hablamos de una mente cuántica.

Piensa que, si a nivel subatómico la energía responde a tu atención y se convierte en materia, ¿cómo cambiaría tu vida si aprendieras a dirigir el efecto observador y a colapsar infinitas ondas de probabilidad en la realidad que deseas? ¿Serías un mejor observador de vida que deseas vivir?



El poder de nuestra mente cuántica: pensamientos y sentimientos

Por naturaleza, todo lo que existe en el universo físico está hecho de partículas subatómicas como los electrones. Estas partículas están en un estado de onda (energía, recuerda que es el 99,99999%) mientras no son observadas. Potencialmente son «todo» y «nada» hasta que las observan. Existen por todas partes y en ningún lugar hasta que son observadas.

Por lo tanto, todo lo que existe en nuestra realidad física existe como puro potencial. Si las partículas subatómicas pueden existir de forma simultánea en una infinidad de posibles lugares, somos en potencia capaces de colapsar en una infinidad de posibles realidades.

Es decir, si puedes imaginar un acontecimiento futuro en tu vida basándote en deseos tuyos, esta realidad ya existe como posibilidad en el campo cuántico esperando a que la observes. Si tu mente cuántica es capaz de influir en la aparición de un electrón, en teoría también puede influir en la aparición de cualquier posibilidad.



El pensamiento y la mente cuántica

Nuestros pensamientos y sentimientos no son una excepción en todo esto. Tanto los pensamientos como los sentimientos tienen una señal electromagnética. Nuestros pensamientos envían una señal eléctrica al campo cuántico. Así nuestros sentimientos tendrían el poder de «atraer magnéticamente» situaciones en la vida.

Al unirse, lo que pensamos y lo que sentimos produce un estado del ser que genera una huella electromagnética, que a su vez influye en cada átomo de nuestro mundo. Ese hecho hace que nos preguntemos: ¿Qué estoy transmitiendo (de manera consciente o inconsciente) en la vida cotidiana?

Todas las experiencias existen en potencia como improntas electromagnéticas en el campo cuántico.

Hay una infinidad de posibles huellas electromagnéticas (de genialidad, riqueza, libertad, salud…) que ya existen como un patrón de frecuencia de energía.

Si al cambiar tu estado del ser (es decir, cambiar tus creencias, emociones y comportamientos) crearas un nuevo campo electromagnético que coincidiera con este potencial en el campo cuántico de la información, ¿es posible que te toparas con esta situación al ser atraído por ella o que la situación te encontrara a ti? Todo indica que es una hipótesis probable en función de los conocimientos de física con los que contamos.

Pero para que esto ocurra, has de hacer conscientes todas aquellas creencias que están en el subconsciente y que te provocan bloqueos. Por ejemplo, tú conscientemente quieres tener dinero pero tu mente subconsciente da la contraorden: de pequeño viste y escuchaste que el dinero es muy difícil de conseguir y que las personas ricas son prepotentes.

Esta señal es la que tu mente subconsciente manda al campo cuántico, y por eso no atraes dinero a tu vida. Habría que desbloquear este tipo de creencias porque el cambio requiere coherencia.



El principio de coherencia

La coherencia empieza alineando los pensamientos y los sentimientos. ¿Cuántas veces has intentado crear algo, creyendo en tu mente cuántica que lo lograrías, mientras tu corazón te decía lo contrario? ¿Qué resultado produjo aquella señal incoherente que estabas enviando?

Las ondas de una señal son mucho más potentes cuando son coherentes, y lo mismo ocurre cuando tus pensamientos están alineados con tus sentimientos. Cuando tus pensamientos claros y centrados en tu objetivo van acompañados de una apasionada implicación emocional, transmites una señal electromagnética más potente que te atrae hacia una posible realidad que coincide con la que tú deseas.

A lo mejor quieres abundancia en tu vida, tienes pensamientos de ser rico, pero si te sientes pobre, y siguiendo las hipótesis que estamos exponiendo, no vas a atraer la abundancia en tu vida. ¿Por qué no? Porque los pensamientos  son el lenguaje del cerebro, y los sentimientos el lenguaje del cuerpo.

Estás pensando una cosa y sintiendo otra totalmente distinta. Y cuando no existe esa coherencia, el campo tampoco responde de forma coherente. Piensa que en ti hay un enorme poder para crear la realidad en la que habitas.

Crea tu vida

Joe Dispenza, bioquímico y neurocientífico, se está convirtiendo en estos últimos años un abanderado de la mente y la realidad cuántica. Dispenza afirma que «la mente determina la experiencia exterior, porque todo se reduce a campos de energía, de modo que nuestro pensamiento altera constantemente nuestra realidad». Así pues, según el autor «es posible cambiar las circunstancias de la realidad si sabemos cómo».

«La mayoría de las personas están pensando en sus problemas en lugar de pensar en las posibilidades».
-Joe Dispenza-

Dispenza asegura que creamos nuestro futuro. La cuestión es que siempre creamos el mismo reafirmando nuestra personalidad. Vivimos guiados por una serie de pensamientos, conductas y reacciones emocionales que hemos memorizado y que son muy adictivos. Afirma que son como programas informáticos instalados en el subconsciente.

Así pues, según el autor, parte del cambio para crear la vida que queremos radica «en ser más grande que las circunstancias de tu vida. O somos las víctimas de nuestra realidad o los creadores». Dispenza asegura que cuando tenemos una visión de la vida, nuestro comportamiento debe responder a sus intenciones. La mente y el cuerpo deben trabajar juntos, debe haber coherencia. Para que ocurra algo nuevo, hemos de hacer que suceda algo nuevo. «Si quiere crear una nueva realidad persona, tiene que, literalmente, convertirse en otra persona».


*Nota de editorial: la teoría expuesta en este artículo, en lo que a la parte psicológica se refiere, actualmente no cuenta con una base experimental sólida que la sostenga. Lo que sí está comprobado es que nuestra manera de pensar, a través de fenómenos como el de la profecía autocumplida, tiene un fuerte impacto sobre la realidad que configuramos con nuestra conducta, aunque sea de manera indirecta. 

**Este artículo fue redactado y avalado por la psicóloga Joana Pérez

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jueves, 22 de agosto de 2019

APRENDER A CREER EN MÍ MISMO


APRENDER A CREER EN MÍ MISMO

Todas las personas tienen una conciencia o imagen de sí mismas en sus mentes. En términos generales, cada persona dispone de dos opciones: dudar del ser y sentirse indigna, o bien creer en el ser y sentir autoestima.

Una de las partes mas esenciales del proceso de auto transformación es retirar esos estratos de dudas y reemplazarlos por sentimientos de autoestima, amor propio, cariño por uno mismo y auto aceptación.

La naturaleza real de toda alma es el amor. Si no se es capaz de amar, sea a sí mismo como a los demás, entonces es que en algún lugar se ha producido una lesión o herida en el alma. El proceso de la meditación desarrolla la capacidad para tener una actitud positiva hacia uno mismo. A través de la meditación aprendo el proceso de aceptar u experimentar mis propias cualidades, virtudes, valores y capacidades.

El mejor regalo que puedo hacerme es creer en mí mismo. Cuando carezco de fe en mí mismo, pongo restricciones sobre mis propias habilidades para hacer frente a los desafíos y cambios de mi vida. Si siento respeto por mí mismo podré hacer frente a todo tipo de situaciones.

Cada persona es única e individual. Debo aceptar y valorar las capacidades que poseo. Cuando lo acepto puedo dejar de luchar una batalla perdida y avanzar.



Extracto del libro:
AVANZAR...
Senderos hacia el crecimiento personal
Ed. Brahma Kumaris
Margaret Pinkerton 

miércoles, 21 de agosto de 2019

TODO ES COMO DEBERÍA SER: tú eres lo único que está inquieto, por Emilio Carrillo


TODO ES COMO DEBERÍA SER: 
tú eres lo único que está inquieto,
por Emilio Carrillo


Un viejo hábito(*) muy instalado en tu vida es el de desear cambiar las cosas. Un hábito que puede ser reemplazado por el de percibir que todo es exactamente como tiene que ser, que la Paz todo lo inunda y que lo único que se halla y vive inquieto en este planeta, en el Cosmos y en la Creación ¡eres tú!

Porque esto es lo real: todo es como debería ser. Para verlo solo tienes que serenarte. De hecho, en el Cielo y en la Tierra, en tu vida y en la de los demás, todo encaja: nada sobra ni falta; todo fluye, refluye y confluye en el Amor de cuanto Acontece; todo tiene su porqué y para qué en clave del proceso evolutivo y consciencial; y ya todo es y tú mismo eres todo lo que tu Corazón puede anhelar. Por tanto, relájate y observa y vive la vida no a través de la mente y el coche que usas para vivenciar la experiencia humana, sino desde el conductor que eres y siempre serás con independencia del vehículo que ahora ocupas.

¿Puedes imaginarte un mundo mejor que este, una vida mejor que esta? Si eres sabio, te resultará imposible. Si eres necio, desde luego que sí; y de tu cabeza surgirán infinidad de brillantes ideas, criterios, pareceres y opiniones de cómo ha de ser esto, aquello y lo de más allá… ¡Tú convertido en juez de ti mismo, los demás, las cosas, la Naturaleza, la Tierra, el Cosmos y la Creación!… ¿No te das cuenta de que es una tremenda insensatez?

En la Creación y el Cosmos no existe el “cambio”, pues nada se halla estático y la impermanencia es la regla general: todo está en continúa mutación y transformación, en un incesante devenir y fluir. No hay cambio, sino “Evolución”. Constante, cíclica y muy rápida… Nada es inamovible, nada permanece estancado, sino que todo se encuentra en persistente Evolución (lo recoge muy bien el Principio Hermético del Ritmo; o la visión oriental volcada en el Tao: el flujo universal que nunca para). Y se manifiesta de infinidad de maneras, desde la sucesión del día y la noche, las fases lunares o las estaciones del año a los ciclos vitales y las mutaciones materiales, energéticas y conscienciales que escapan a la mente y al actual conocimiento humano. Es la Ley del Todo. Tomar consciencia de ella implica darse cuenta de que la Evolución es la única constante en el Universo y, abandonando cualquier noción de cambio, fluir en el Tao hasta hacerse uno con él.

¿Por qué le cuesta a la gente percatarse de esta Evolución y de lo raudo que se desarrolla? Los sentidos corpóreo-mentales humanos no lo perciben, de igual manera que no notan que pisan un planeta que da vueltas sobre sí mismo y viaja por el Universo a velocidades vertiginosas. La Tierra rota sobre sí, a una velocidad media de 1.670 kilómetros/hora; y, simultáneamente, alrededor del Sol, a 106.000 kilómetros/hora. Y el sistema solar en su conjunto gira en torno al centro de la Vía Láctea, que se mueve dentro de un Grupo Local de Galaxias –casi medio centenar–, que se desplaza, a su vez, por el espacio hacia un enorme ente gravitatorio que los científicos llaman actualmente “El Gran Atractor”. Los sentidos corpóreos-mentales no se dan cuenta de ninguno de estos espectaculares movimientos cósmicos. Y tampoco de la Evolución. Pero esta incide en cada persona y en la Humanidad.

Cualquier sensación de cambio y su necesidad es una invención del “yo” físico, mental y emocional y pura vanidad del ego. La Creación es una Magna Naturaleza, tan Viva como Divina, que se despliega y complementa a sí misma de instante en instante por influjo de la Evolución natural. Nada hay en la Creación –ni en lo “macro” ni en lo “micro”, ni en lo global ni en las singularidades– que la mano o la mente humanas deban o tengan que alterar, modificar o cambiar… La idea o voluntad de cambio supone desconocer la naturaleza excelsa e inefable de cuanto Es y Acontece. Y representa una descomunal necedad derivada de la pretensión del ego de “marcar el paso” para que las cosas se ajusten a lo que “yo” deseo, cuando “yo” deseo y de la manera que “yo” deseo. Nada se logra con ello, salvo hacer consciencialmente fatigoso el devenir de una Evolución natural en la que basta con fluir.

Sirva el ejemplo del invierno y la primavera. En invierno, el frío y la humedad configuran la base evolutiva y natural para que, meses después, la primavera explote en todo su esplendor. Si a alguien no le gusta el invierno y prefiere la primavera, debe comprender no solo que el proceso no puede ser alterado por mucho empeño que se ponga en que la climatología “cambie” –que lo hará, pero cuando en el orden natural y evolutivo corresponda–, sino que, además, el invierno y cada uno de sus componentes (frío, lluvia, viento, nieve,…) son parte constitutiva de la propia primavera, pues sin ellos la primavera no sería.

Sin embargo, mucha gente quiere que cambien las cosas (su vida, la de los demás, el mundo en general…) y lo intentan actuando hacia afuera, sobre el mundo exterior. También hay quienes quieren el cambio entendiendo que es una ventana que se abre desde el interior, es decir, pretenden un “cambio interior” que consideran la llave del “cambio exterior”. Pero lo cierto es que no hay nada que cambiar, ni desde fuera ni desde dentro de uno mismo: todo se halla en constante Evolución y en el punto exacto de la misma que corresponde y es coherente con el proceso consciencial de cada componente de la Creación, también de la Humanidad y de cada persona.

Toma consciencia de esto: ¡nada puede ser mejor que tal como es! El único problema es que te has habituado a identificarte con el coche, no con el conductor. Y desde esa identificación, oteas y vives la vida a través de la mente, que nunca estará a gusto con la vida. Pero el problema no es la vida, ni el Universo, ni la existencia: ¡el único problema eres tú!… Deja que tu energía se repose, calma la trepidante cadena de pensamientos, emociones, sensaciones y sentimientos que tú mismo creas en tu aferramiento a tu pequeño “yo” y a tu mente y verás que todo está en equilibrio y armonía. Tú eres lo único que no está en paz. Solamente tú estás dividido, separado, roto de la realidad, a disgusto con ella, en conflicto y lucha con ella.


Texto extraido del libro de Emilio Carrillo titulado Sin mente, sin lenguaje, sin tiempo:

http://www.sinmente.com/

Publicado por Emilio Carrillo


http://emiliocarrillobenito.blogspot.com.ar/



(*)Viejo hábito: 

Desear cambiar las cosas (la vida de uno mismo, la de los demás, el mundo en general…), viendo, viviendo y juzgando la vida a través de la mente. 

(*)Nuevo hábito:

Percibir desde lo que realmente eres que todo es exactamente como tiene que ser; que la Paz todo lo inunda; que lo único que se encuentra inquieto eres tú; y que todo se halla en constante Evolución y en el punto exacto de la misma que corresponde y es coherente con el proceso consciencial de cada componente de la Creación, también de la Humanidad y de cada persona.

martes, 20 de agosto de 2019

EL ARTE DEL SUFRIMIENTO Y LA FELICIDAD, por Thich Nhat Hanh


EL ARTE DEL SUFRIMIENTO Y LA FELICIDAD,
por Thich Nhat Hanh


Sin sufrimiento no es posible la felicidad. Cuando cultivas flores de loto, necesitas lodo. 

La felicidad necesita también algo de fango, de lodo para surgir. Escuchando, observando profundamente, surge más comprensión y compasión. 

He ahí los dos fundamentos de la felicidad. Ésta viene del lodo del sufrimiento. 

Hay una conexión muy profunda entre el dolor y la felicidad, así como entre el fango y el loto. Si huimos siempre del sufrimiento, no nos liberaremos de él. 

El sufrimiento es esencial para alcanzar la comprensión y el amor. Si sabemos cómo manejar el sufrimiento en nuestro interior, si sabemos cómo sufrir, sufriremos menos que otras personas. 

El sufrimiento es un arte. Si sabemos utilizar nuestro sufrimiento, podemos crear felicidad para nosotros y para quienes nos rodean.

Cuando estás en contacto con tu sufrimiento y el de los otros, emerge la compasión. Somos una gota en el corazón de un río. 

Dejamos que este río nos lleve como gota de agua. Si tienes algún dolor ansiedad o angustia, permite ser arrastrado por la energía de la compasión colectiva, como una gota de agua en la corriente colectiva.



Thich Nhat Hanh 

Extracto de su conferencia en abril 2014, en Madrid



lunes, 19 de agosto de 2019

ORACIÓN PARA LA CONSCIENCIA


ORACIÓN PARA LA CONSCIENCIA


Hoy, Creador del Universo,
te pedimos que abras nuestro corazón y nuestros ojos para que podamos disfrutar de todas tus creaciones y vivir en amor eterno contigo.

Ayúdanos a verte en todas las cosas que percibimos con los ojos, con los oídos, con el corazón, con todos nuestros sentidos.

Permítenos percibir con los ojos del amor a fin de descubrirte dondequiera que vayamos y que te veamos en todas tus creaciones.

Permítenos verte en cada célula de nuestro cuerpo, en cada emoción de nuestra mente, en cada sueño, en cada flor, en cada persona que conozcamos.

No puedes esconderte de nosotros porque estás en todas partes y somos uno contigo.

Permítenos ser conscientes de esta verdad.

Permítenos ser conscientes de nuestro poder para crear un sueño del cielo en el que todo es posible.

Ayúdanos a utilizar nuestra imaginación para que guíe el sueño de nuestra vida, la magia de nuestra creación, a fin de vivir sin miedo, sin enfado, sin celos, sin envidia.

Ilumínanos para seguir, y permite que hoy sea el día en que finalice nuestra búsqueda del amor y de la felicidad.

Permite que hoy suceda algo extraordinario que cambie nuestra vida para siempre: permite que todo lo que hagamos y digamos sea una expresión de la belleza que reside en nuestro corazón, que se fundamenta en el amor.


La Maestría del Amor
(Miguel Ruiz)


Fuente: http://reflexionesdiarias.es

lunes, 12 de agosto de 2019

HICISTE LO MEJOR QUE PUDISTE, por Jeff Foster


HICISTE LO MEJOR QUE PUDISTE,
por Jeff Foster


Hiciste lo mejor que pudiste. 
Hiciste todo lo que podías haber hecho. 

No tenías otra opción.

Teniendo en cuenta lo que creías en ese momento, los poderosos o sutiles sentimientos que se movían en ti, lo conectado que estabas con tu respiración, tu cuerpo, tu verdad, tu camino; lo arraigado que estabas en el momento presente, la claridad con la que veías o no; de acuerdo al dolor que sentías, a lo abiertas y crudas que estaban tus heridas; considerando la resistencia que sentías, lo estrecha o amplia que era tu perspectiva, lo atrapado que estabas en tu historia personal, no pudiste haber actuado o dicho nada de otra manera.

Hiciste lo mejor que pudiste, dado el nivel de consciencia desde el que estabas actuando.

¿Es esto una excusa? No. Más bien se trata de que asumas la plena responsabilidad de lo que pasó. Sin embargo, soltando la culpa, 'renunciando a la esperanza de un mejor pasado.'

¿Es esto una salida fácil? No. Más bien se trata de que te perdones a ti mismo. Soltando 'lo que pudo o debió haber sido', alineándote con 'lo que es,' arraigándote en el Ahora, el único lugar desde donde puede surgir el verdadero cambio, donde las nuevas respuestas pueden emerger, donde el sanar puede comenzar.

Laméntate por tu pasado, por supuesto. 

Aprende tus lecciones, por supuesto. 

Escucha cómo los demás comparten su dolor. Siente todo profundamente. Corrige todo lo que puedas. Pide perdón, si es necesario.

Pero, ni por un momento pienses que el pasado pudo haber sido diferente. 
Ni por un instante creas que el Universo se ha equivocado

Estás donde estás, Ahora. Este es un nuevo día, un nuevo comienzo.

Armado con una nueva visión, con una nueva perspectiva, con un corazón mucho más humilde y compasivo, con una actitud más curiosa, muévete hacia el futuro, arraigado en esta amorosa presencia, abierto a las posibilidades.


- Jeff Foster

jueves, 8 de agosto de 2019

ASÍ ES LA VIDA, por Luis Introna


ASÍ ES LA VIDA, 
por Luis Introna


Te canto para pedirte, que me dejes.

Tristeza, que me acompañaste tanto… ayúdame…

Ayúdame a sentir que puedo transformar tu presencia,
para imaginar que me ayudas y acompañas a darme el impulso mágico,
de creer que puedo dejarte.

Tristeza querida, gracias… pero hoy… déjame!

Déjame imaginar que soy capaz de dejarte hoy… pero no despedirte,
por que te voy a necesitar, tal vez mañana… si es necesario,
o tal vez no, y espero, si vos me ayudas que sea así,
y estés contenta con eso, por que vos podes.

Hoy quiero dar al cielo, imágenes de esperanza, que tengo,
o que tal vez imagino, tal vez, para estar feliz… o tal vez…
más que eso.

Tristeza de mi Alma… es solo un tiempo… déjame ver…
Al menos, la de hoy.
como es la felicidad!!!


Autor: Luis Introna



FUENTE: https://asieslavida.blog