jueves, 26 de septiembre de 2019

CARTA A MI YO DEL FUTURO, por Alejandro Ordoñez


CARTA A MI YO DEL FUTURO
por Alejandro Ordoñez

No te imagino. Por más que lo intento soy incapaz de saber a dónde has ido a parar o qué demonios estarás haciendo. Me pregunto si habrás acabado la universidad, si estarás trabajando en lo tuyo y si al final te has tenido que ir fuera o si encontraste algo aquí, cerca de casa.

Me pregunto cómo serás, cómo te habrán tratado los años. Engordaste, ¿verdad? No, mejor no me lo digas.

Cuéntame que todavía queda mucho de mí en ti. Me gusto. Me gustó muchísimo y odiaría que me dijeras que he ido desapareciendo poco a poco, que si me hablaran de ti sería imposible creer que soy yo y que todo lo que soy ahora se perdió por el camino. Te prohíbo que eso ocurra. Me lo prohíbo aquí y ahora.

Pero, en fin, ¡cuéntame!

¿Sigues buscando a esa persona o la has encontrado ya? ¿Es tan increíble como creíamos que iba a ser? Seguro que sí. Apuesto a que te despiertas cada mañana preguntándote qué hicimos para que se enamorara de nosotros. Ya podías decirme cuánto falta más o menos para eso… así me despreocupo hasta entonces. Anda que no me ahorraría quebraderos de cabeza, ya me entiendes.

No, no pares, dime cada cosa que has vivido y cuéntame de aquello que has perdido. Háblame del mundo que me espera, de los que se han ido y de los que están por llegar. Dime quién se fue cuando te hizo falta y quién estuvo ahí en los malos momentos. Dime quién sí y quién no, incluso dime quién nunca más.

Cuéntame que sabes más, que no te has parado, que no te has limitado a mirar pasar la vida por la ventana y que te has bajado en cada estación, que has volado alto y que ya sabes por fin a qué saben las nubes.

Dime que nuestro pasado forma parte de tu presente y que cada día que te miras al espejo sigues viendo a aquel niño que un día fuimos. No le olvides a él, ni a mí. No olvides quién eres, quién somos.

No dejes que el mundo te cambie, pero no te olvides de cambiar el mundo. Nada es demasiado grande, nada está demasiado lejos. Hace mucho que aprendimos que del esfuerzo nacen las alegrías y que los caminos se acortan cuando se recorren con una sonrisa en el corazón.

Sigue haciendo lo que te haga feliz. Vive tus sueños, los cuales espero sean nuevos y que los que yo tengo ahora mismo ya los hayas vivido tiempo atrás. Cumple objetivos y luego márcate unos nuevos, como hemos hecho siempre.

Ámate. Nadie te amará nunca de la forma en la que tú mismo lo haces. Ya lo decía la abuela: “si no te quieres tú… quién te va a querer”. Si no quieres hacerme caso a mí, al menos hazle caso a ella.

No cambies, al menos no demasiado. Bueno, da igual, cambia si quieres, pero sigue siendo tú, ya me entiendes. No me pierdas por el camino. A estas alturas ya te habrás dado cuenta de que la vida no es tan larga como nos parecía al principio, así que no te olvides de dónde vienes, porque allá donde vayas yo siempre iré contigo.


Escrito por Alejandro Ordoñez

Fuente: https://leyendasmascotasyalgomas.blogspot.com/

miércoles, 25 de septiembre de 2019

TAL VEZ...


TAL VEZ...

Tal vez envejezco demasiado rápido. Pero lucharé para que cada día de mi vida haya valido la pena.

Tal vez yo sufra innumerables desilusiones en el correr de mi vida. Pero haré que ellas pierdan importancia, ante los gestos de amor que encuentre.

Tal vez yo no tenga fuerzas para realizar todos mis ideales. Pero jamás me consideraré derrotado.

Tal vez en algún instante, yo sufra una terrible caída. Pero no quedaré por mucho tiempo, mirando hacia el suelo.

Tal vez un día el sol deje de brillar. Pero entonces me iré a bañar a la lluvia.

Tal vez un día yo sufra alguna injusticia. Pero jamás asumiré el papel de víctima.

Tal vez yo tengo que enfrentar algunos enemigos. Pero tendré humildad para aceptar las manos que se extenderán en dirección mía.

Tal vez una de ésas noches frías, yo derramaré muchas lágrimas. Pero no me avergonzaré por ése gesto.

Tal vez sea engañado innumerables veces. Pero no dejaré de creer que en algún lugar, alguien merece mi confianza.

Tal vez con el tiempo, yo perciba que cometí grandes errores. Pero no desistiré de continuar mi camino.

Tal vez con el correr de los años, yo pierda grandes amistades. Pero aprenderé, que aquellos que realmente son mis verdaderos amigos, nunca estarán perdidos.

Tal vez algunas personas deseen mal para mí. Pero continuaré plantando la semilla de la fraternidad, por donde quiera que yo pase.

Tal vez yo quede triste al concluir que no consigo seguir el ritmo de la música. Pero entonces, trataré que la música siga el compás de mis pasos.

Tal vez yo nunca consiga ver un arco iris. Pero aprenderé a diseñar uno, aunque solo sea dentro de mi corazón.

Tal vez hoy yo me sienta débil. Pero mañana recomenzaré de nuevo, aún si es de una manera diferente.

Tal vez yo no aprenda todas las lecciones necesarias. Pero tendré la conciencia que las verdaderas enseñanzas ya están grabadas en mi alma.

Tal vez yo me deprima por no ser capaz de saber la letra de aquella música. Pero quedaré feliz con las otras capacidades que poseo.

Tal vez la voluntad de abandonar todo, se vuelva mi compañera. Pero en vez de huir, correré tras aquello que anhelo.

Tal vez yo no tenga motivos para grandes celebraciones. Pero no me dejaré de alegrar con las pequeñas conquistas.

Tal vez yo no sea exactamente quien me gustaría ser. Pero pasaré a admirar quien soy. Porque al final sabré que, aún con incontables dudas, soy capaz de construir una vida mejor. Y si aún no me convencí de éso, es porque, como dice aquel dicho: “todavía no llega el fin”…

Porque al final no habrá ningún: “tal vez” y si, la certeza de que mi vida valió la pena y que yo lo hice lo mejor que pude…



Aristóteles Onassis



Nota: Me llegó por e-mail y parece ser que el texto se atribuye a Onasis. En cualquier caso es bueno para reflexionar.

jueves, 19 de septiembre de 2019

Mi alma tiene prisa, por Mario de Andrade*


Mi alma tiene prisa, 
por Mario de Andrade*


Conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora...

Me siento como aquel niño que ganó un paquete de dulces: los primeros los comió con agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocos, comenzó a saborearlos profundamente.

Ya no tengo tiempo para reuniones interminables, donde se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no se va a lograr nada.

Ya no tengo tiempo para soportar a personas absurdas que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido.

Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades.

No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados.

No tolero a manipuladores y oportunistas.

Me molestan los envidiosos, que tratan de desacreditar a los más capaces, para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.

Las personas no discuten contenidos, apenas los títulos.

Mi tiempo es escaso como para discutir títulos.

Quiero la esencia, mi alma tiene prisa...

Sin muchos dulces en el paquete...

Quiero vivir al lado de gente humana, ...muy humana.

Que sepa reír de sus errores.

Que no se envanezca con sus triunfos.

Que no se considere electa, antes de la hora.

Que no huya, de sus responsabilidades.

Que defienda, la dignidad humana.

Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez.

Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.

Quiero rodearme de gente, que sepa tocar el corazón de las personas...

Gente a quienes los golpes duros de la vida, le enseñaron a crecer con toques suaves en el alma.

Sí... tengo prisa... -por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar.

Pretendo no desperdiciar parte alguna de los dulces que me quedan...

Estoy seguro que serán más exquisitos que los que hasta ahora he comido.

Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres queridos y con mi conciencia.

Tenemos dos vidas y, la segunda comienza cuando te das cuenta que sólo tienes una...



Poema "Golosinas" de Mario de Andrade



*Mario de Andrade (Sao Paulo 1893 – 1945)
Poeta, novelista, ensayista y musicólogo
Fue uno de los fundadores del modernismo brasileño