martes, 29 de marzo de 2011

¿ERES UN ILUMINADOR DE CORAZONES?




“La mente intuitiva es un regalo sagrado y la mente racional es un sirviente fiel. Hemos creado una sociedad que honra al sirviente y ha olvidado el regalo"

Albert Einstein



La luz engendra a la luz.

El amor engendra al amor.

Esa es la historia completa de la existencia.

Esa es la trama de la vida.

Sin embargo, tú aún piensas
que la vida es una situación apremiante.

¿Y si acaso supieras que existe
una Gran Luz que te ilumina?

¿Y que cuando dos Seres Humanos se encuentran,
ellos son como dos palillos pegados juntos por una
Mano No Vista, y entonces encienden, una y otra vez,
 dos llamas que se funden en una sola?

¿Y si cada persona que conocieras
fuera como una especie de nota adhesiva
que te recuerda que tu luz está encendida?

La luz que reside dentro de ti
solamente puede estar encendida.

Únicamente parece que
se opaca debido a irrelevancias.

Tu tarea parece ser la de
aclarar tu luz para que otros
puedan verla fácilmente.
Esto es lo más sencillo por hacer.

Y habrá algo en los ojos de los demás que
 te hará saber que tú lo has logrado.

Y sin embargo, tú no tienes
que ver esa luz sensible.

No estás aquí para conseguir
señales de que has triunfado.

Estás aquí para responder a
 Mi llamado de irradiar más luz.

Cuando lo hagas, sentirás una respuesta
dentro de ti mismo que dirá,

"Sí, es ésta. Ésta es la señal indicada".

Eres un iluminador de corazones.

Tu corazón se ilumina, y ahora compartes tu luz.

¿Qué tan difícil puede resultar hacer esto?

Recuerda que tu llama arde por Mí
y no por los otros,
aunque ellos también sean beneficiados con ella.

Silenciosamente, vives para Mí,
 y así sigues Mi Voluntad.

No es difícil conocer Mi Voluntad.

Yo te acabo de decir lo que es.

También te he dicho que es
lo que tú más ansias hacer,
ya que Nuestras Voluntades están alineadas.

Tu verdad no está separada de la Mía.

Las tangentes no son tu voluntad.

Ellas simplemente te distraen de tu voluntad.

Tú eliges los detalles de tu vida.

Pero no eliges el propósito de la misma.

No tienes otra opción más que difundir luz.

Tú batallas en causas perdidas cuando
 piensas que existen otras opciones.

Y cada vez que intentas algo nuevo, lo descubres.

No por lo que te ocurra en el exterior,
sino por lo que te suceda interiormente.

Tu vida no se edifica a partir de lo que te sucede.

Tu vida se edifica a partir de tu luz
 y de cómo la haces brillar.

Eso no requiere esfuerzo.

Más bien es evitar al esfuerzo,
el cual a menudo quiere
determinar algún resultado en particular.

Pero tú no estás tan preocupado por los resultados,
ya que eres un iluminador.

¿Cómo brilla la luz?

Tan solo brilla.

No tiene miedo de hacerlo.

No piensa en que harán los otros con ella.

La luz es luz, y está hecha de si misma.

Tú reflejas tu luz.

La estás reflejando ahora mismo
mientras lees estas palabras.

Tu luz se impregna a través de toda existencia.

Se irradia hasta la estrella más lejana,
 porque tú eres el eco de una estrella.

¿Qué puede hacer una estrella más que brillar?

Reflejada en Mi luz, emite Mi luz.

¡Qué feliz que es una estrella!

Considera a cada estrella del cielo nocturno
como un destello de Mi luz
 irradiado a través de ti.

O considera a cada estrella como a una vara
sostenida en Mi mano para exaltar tu luz.

La luz es recíproca.

También es interminable.

Infinita y circulante.

La luz se extiende a través de todo.

Corta el acero.

No existen los límites para la luz.

La luz viaja al mismo tiempo
 en que se queda en el lugar.

Tú eres la velocidad de la luz.

Y eres un viajero de la luz.

Y eres la luz que nunca se mueve.

Tú irradias luz.

Y ahora piensa en esto:

Es Mi luz la que tú irradias.

¿No es eso maravilloso?

¿Cómo te hace sentir eso?

¿Estás contento al saber que eres un privilegiado
 dentro de un universo de seres privilegiados?

¿Estás contento al saber que tú
eres la luz entre muchas luces?

La luz es la verdad acerca de ti,
y no todas las demás cuestiones.



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