¿SOY ÍNDIGO? ¿ES CRISTAL?
Los Niños de Hoy, Niños Índigo y Cristal, ¿Quienes son? Llegan a la tierra, traen mensajes de conciencia y expansión. Traen consigo una gran madurez espiritual.
Saben a donde van, y hasta algunos tienen destellos del lugar de donde provienen.
Traen enseñanzas, proponen cambios. Tienen una gran misión: recordarnos quienes somos; vienen a despertarnos de los sueños materiales en los cuales nos hemos dormido.
Su impulso espiritual los empuja a hacer, a decir y a actuar.
Son los Niños de Hoy, los Nuevos Niños. Grandes seres espirituales jugando a ser niños. El amor los impulsa, buscan cambiar la tierra, cambiar al hombre, transformar la realidad.
Quien quiera reconocer a estos niños, simplemente mírelos a los ojos, su transparencia y pureza desnuda el alma de quien los mira. Miran fijo, de forma sabia y madura.
Cuando se está frente a un nuevo niño, la emoción desborda el corazón, dentro se despierta un sensación de reverencia y respeto por él.
Igualmente no siempre sucede esto, muchos adultos están tan inmersos en sus mundos de problemas y preocupaciones, que estos niños pasan desapercibidos. Pero aun así ellos actúan, actúan aun más con esas personas. Si sus miradas no encuentran eco, entonces golpearán sus puertas, y si nadie corre a abrirles, permanecerán presentes hasta que alguien los invite a pasar.
Pero la espera a veces se hace larga, se hace eterna, y comienzan a olvidar lo que han venido a decir. La alegría y amor de estos niños puede llegar a cambiar el mundo, pero sus auras se están tiñendo y contaminando, necesitan de nosotros… Ahora es tiempo de abrir los ojos. Vea al niño que está a su lado, y pregúntese qué vendrá a decirle.
El niño y la espiritualidad
Hay muchas teorías que hablan de niños Índigo y Cristal. Nos podemos preguntar: ¿Quienes son los niños índigo?, ¿Y quienes los niños Cristal? O bien podemos preguntar: ¿Qué es la energía índigo? ¿Y qué es la energía Cristal?
Prefiero enfocar el tema desde el punto de vista de la energía más que el de los niños, porque de esta manera lo despersonifico, y podré hablar no sólo de los niños, sino también de adultos.
En la tierra hay almas de todos los niveles evolutivos, razón por la cual existen diferencias abismales en intereses, gustos, afinidades entre una persona y otra.
Cuando digo “Índigo y Cristal”, hablo de las energías que traen los seres nuevos, y cuando digo “nuevos”, no me refiero a la edad, sino a las almas nuevas que están hoy en la tierra.
Por lo tanto estos términos no solo nos hablan de los niños, sino de todas aquellas personas, sin importar la edad, que han venido con un propósito bien definido, y la energía que traen los ayudará a llevarlo a cabo.
Son seres con una energía diferente a la de otros, ni mejor ni peor, solo diferente, porque todos los seres son igual de importantes y necesarios, si cada uno cumple con su parte y no se olvida a qué vino.
E
stos seres nuevos, están en este mundo pero muchas veces se sienten ajenos a él, sienten una gran melancolía porque saben que hay algo más y no saben como alcanzarlo. Son seres que se angustian al ver el mundo como está, y buscan las posibilidades de cambiarlo.
La energía Índigo
Muchos seres que hoy están en la tierra tienen esta energía.
Es una energía rebelde, cuestionada por las masas, rompedora de estructuras familiares, culturales, religiosas.
Son seres que no se adaptan a modelos preestablecidos, sufren cuando se los quiere encasillar en alguno, y la forma que encuentran para defenderse de ellos, es a través de la rebeldía.
Estos seres quieren diferenciarse, luchan por no ser iguales a todos.
Están despiertos, muchos conscientemente, es decir saben lo que quieren, a donde van y qué quieren lograr. Aceptan las elecciones de los demás aunque no estén de acuerdo con ellas, pero están firmes en su propósito.
Otros, están despiertos también, pero no son conscientes de la energía que traen, y muchas veces la desperdician queriendo cambiar a los demás o a los lugares en donde se encuentran. Desperdician su energía y potencial, intentando cambiar la vida de los otros forzadamente.
¿Como reconocer a un adulto con energía índigo?
Es muy simple, no estará quieto ante una injusticia. En su trabajo, por ejemplo, no se dejará sobrepasar por sus “superiores”, defenderá su postura si la cree justa para él y para los otros.
No se dejará engañar, no mentirá, y si lo hizo por alguna inconsciencia del momento, no se lo perdonará fácilmente y buscará remediar el error.
Son seres leales. Idealistas y defensores del bien común. La energía Índigo es muy necesaria en el mundo en que estamos viviendo, pero a veces, estos seres se identifican tanto con el “soy rebelde y peleador”, que no logran encontrar otros caminos para solucionar los problemas que se les presentan.
Tiene que lograr encontrar el equilibrio, y actuar con la energía justa para cada situación, no siempre con la misma. Y a la vez, deben aprender a usar otras herramientas, otros dones que traen a desarrollar.
Si solo actúan por el impulso de identificarse con el “soy rebelde y peleador”, no dejará de ser un personaje más de tantos otros que los humanos se arman, por temor a mostrarse tal cual son.
La energía índigo, como dije anteriormente, es necesaria muchas veces, pero no siempre.
El mundo está pidiendo otra cosa, pide equilibrio, pide la rebeldía solo cuando es necesaria, y la humildad para poder encontrarse con el otro, corazón a corazón, alma a alma, sin personajes de por medio.
Se necesita paz, no guerra. Se necesita amor, no conflictos. Entonces esta energía puede ser justiciera, pero amorosa. Un ser índigo puede tener un guerrero dentro, pero un guerrero espiritual, no un guerrero del ego.
Si usted se siente identificado con estás características, obsérvese en su día a día. Vea cuando actúa impulsivamente sin detenerse sentir la sabiduría de su alma.
Sea una persona auténtica. Defienda lo que siente pero sin desestabilizarse, sin perder su centro de equilibrio. No entregue toda su energía, solo lo justo que requiera la situación.
Los niños Índigo o la energía Índigo de los niños
Un niño con esta energía, exigirá a sus educadores, maestros o padres, no ser visto como uno más del montón; exigirá formas dinámicas de aprender. Querrá todas las respuestas, y no solo esto, querrá escuchar la verdad siempre.
Estos niños son muy exigentes consigo mismos y con el entorno. Cuentan con un exceso de energía que hace que a menudo no encuentren los mejores medios para exigir lo que merecen. Cuando se encuentran inconformes con lo que les ofrecen, fácilmente se desvían hacia la rebeldía o agresividad.
No aceptan órdenes impuestas, y cuando se encuentran ante personas autoritarias, se muestran desinteresados y cuestionadores. No aceptarán un “No porque no”.
Quien quiera llegar verdaderamente al alma de estos niños, deberá “ganarse” ese privilegio. No es simple conquistar su amor, ni calmarlo fácilmente. Deberán escucharlo, verlo, comprenderlo sinceramente, y ahí lo conocerán. Él se entregará al adulto, cuando el adulto se entregue a él.
Estos niños no querrán ser tomados como chiquillos que nada entienden y que nada saben, querrán una relación simétrica, donde todos se respeten desde el lugar en donde están.
Querrán jugar, y aprender jugando.
Defenderán a otros niños de apariencia “más débil” que ellos. Se quedarán con menos, con tal de dar a los demás. Estos nuevos seres disfrutan plenamente la naturaleza, poseen una conexión y percepción de ella que nadie les enseñó o pudo enseñar.
Sensibles, pero no débiles, porque la energía que traen los ayudará a enfrentarse al mundo.
Sensibles, pero no débiles, porque la energía que traen los ayudará a enfrentarse al mundo.
Amorosos, concretos, y a veces, muy terrenales.
A muchos padres y adultos les surge una misma duda. Una duda que va y viene de persona en persona: “¿soy índigo?” “¿soy cristal?” “¿mi hijo es índigo o cristal?”
Por supuesto que estas energías, a veces llamadas "Índigo o Cristal", de una manera u otra forman parte de todos nosotros. Hay adultos, hay niños, personas de todas las edades sintiéndose diferentes, sintiéndose ajenos a este mundo y con una búsqueda espiritual muy presente. Estos seres existen, son seres espirituales respirando en la tierra. Son seres que mal comprendidos pueden ser llamados enfermos o con ciertos déficits. Y para que el mundo no los mal catalogue se los ha llamado “Índigo o Cristal”, términos que pueden ayudar a comprenderlos y guiarlos con mayor conciencia. Pero he aquí la confusión: ¿Qué es lo verdaderamente importante de sentirse diferente? ¿Qué es lo verdaderamente profundo de pensar o sentirse Índigo o Cristal? Mal comprendidos, estos términos pueden llevar a más separación entre las personas en lugar de traer claridad y Unidad.
Muchas veces detrás de estos términos se esconde una búsqueda superficial, una búsqueda que no proviene del alma sino de la necesidad del ego de "pertenecer" y sentirse superior.
Todos somos importantes, únicos. Todos somos seres espirituales despertando cada día a una nueva conciencia.
Debido a esta confusión, o a esta forma de abordar los temas Índigo y Cristal, siento necesario compartir un artículo. Espero que les traiga claridad en su camino.
Confusión basada en los términos, conceptos y clasificaciones.
Es maravilloso saber de estos nuevos niños. Saber de su existencia nos permitirá cuidarlos y estar alertas a sus necesidades. Sin embargo está sucediendo que la información sobrepasa la capacidad de la mente y muchas personas comienzan a confundirse en los términos: “Índigo o Cristal”, dejando de apreciar al niño por el solo hecho de ser niño.
Paso a explicar qué quiero decir con esto. Índigo y cristal, son términos que nos han ayudado mucho a descubrir a los niños de hoy. Son términos, que por supuesto, dicen grandes verdades, pero no hay que estancarse en la forma.
Me refiero cuando por ejemplo un padre cataloga a su niño diciendo: “Mi niño es índigo”, “mi hijo es Cristal”, “¿qué puedo hacer? mi hijo es especial”.
Esto es limitarse al término, a la simple palabra: “Índigo o Cristal”. Sin darse cuenta, lo único que generan, son bloqueos de la verdadera pureza y fluidez del niño.
El niño de hoy es especial y tiene mucho para darnos, pero no debemos estancarnos en la clasificación porque esto es lo que nos aleja de la verdadera esencia de lo que significa índigo o cristal.
Nos aleja porque interiormente pensamos “mi niño es diferente a los demás”. Por lo tanto algo que debería trabajar para la luz, para aclarar el camino de los seres, confunde, crea separación.
Por ello considero que es solo un término sin importancia cuando es mal utilizado o cuando carga al niño de responsabilidades que no debería.
Sé de muchos padres que les cuentan a sus niños que son índigo o cristal.
Quizás lo hacen porque quieren ayudarlo, pero el niño no está preparado para entender desde la mente lo que significa esto.
El niño tan solo Es, y ahí se ve la verdadera magia. Entonces comunicarle al niño que es índigo o cristal, es contraproducente. Puede generarle mucha confusión, condicionarlo y bloquearle la magia innata que trae.
¿Por qué puede bloquearlo? El niño para seguir siendo aceptado, amado y para seguir satisfaciendo a sus padres, creará, conciente o inconcientemente, situaciones donde les demuestre lo especial que es. Inventará historias, sueños, hará preguntas planeadas, entre otras cosas; cuando en realidad todo esto no es necesario, porque el niño está inmerso en una historia, en un cuento de hadas, duendes, luces y fantasías.
No hay nada que inventar, solo hay que dejarlo salir. ¿Por qué se crea tanta confusión ante estos términos nuevos que aparecen para ayudarnos y aclarar nuestras dudas?
El niño, y la inmadurez Espiritual del adulto.
Todos estamos en un camino de búsqueda, de querer encontrar la Verdad. Se puede buscar este camino dejándose fluir, dejando que el Universo nos guíe hacia esta Verdad; o se puede encontrar el camino, iniciándose en alguna técnica espiritual ya sea de meditación o tantas otras que hay hoy, la cual puede llevarlo a un estado de conciencia superior y de comprensión mayor. También se puede buscar esta Verdad a través de la lectura de libros, de información de Internet y de otros medios.
Todo es válido, a cada uno le llega lo que necesita. Cada uno encuentra el camino que lo llevará a la verdad. Pero ¿qué sucede si la mente domina esta búsqueda? ¿Si somos herramientas de la mente y no ella una herramienta nuestra?, ¿si somos víctimas del ego?
La mente y el ego son una parte necesaria del humano, pero siempre debemos observarlas porque es el alma la que debe guiar nuestras vidas. La mente y el ego están condicionados por el miedo, siempre buscarán reforzarse por temor a su disolución. En cambio el alma siempre Es, y no hay lugar allí para el temor.
Toda búsqueda desde el alma será humilde, toda búsqueda desde el ego y la mente, posiblemente desviará y sumará más confusión. Entonces, si la búsqueda parte desde el ego y no desde la humildad, toda técnica que nos lleve a saber más, toda la información que hallemos, reforzará una parte superficial, una parte que en profundidad no somos.
Armaremos una falsa identidad, buscando ser seres “especiales”. Vamos a querer que todo lo que sabemos que existe, hable de nosotros. Vamos a buscar mentalmente las "coincidencias" presionando el fluir y estancándonos en la forma.
Y si esto sucede con una persona que tiene hijos, esta ansiedad y falsa identidad va a ser trasladada hacia los niños. Querrán que sean “especiales”, forzando su naturaleza, sin poder apreciar lo que ya Son siendo niños.
¿Por qué sucede esto? Muchos padres quieren que sus hijos "sean índigo o cristal". Buscan que las características que describen a estos seres, sean las que describan a sus hijos.
Desde ya que estas energías de una u otra forma están presentes en los niños de hoy, pero estos padres suelen perder de vista la razón por la cual necesitan saber el origen de sus niños. Ya no los impulsa el saber para acompañarlos y comprenderlos, sino que necesitan realizarse en ellos.
Solo desean saberlo para sentirse especiales ellos.
¿Y a quien ayuda a crecer esta mentira? A nadie. Nadie sale beneficiado. El niño sufre porque se siente condicionado, y el padre se engaña a si mismo creyendo haber llegado a la verdad, no pudiendo ver que la Verdad siempre estuvo ante sus ojos.
¿Como se puede dar cuenta si está fluyendo naturalmente con su hijo, o si no lo esta encasillando, y por ende, condicionando? Posiblemente no tendrá necesidad de saber qué es su hijo, ni cómo clasificarlo, sino que solo tendrá la necesidad de que sea feliz, de que crezca plenamente.
Pero aun así, si necesita saber el origen de su niño, en silencio buscará las respuestas, pero las guardará en su corazón. Lo especial fluye y sale del alma del niño por si solo. No hace falta presionar, el niño es espiritual de por si, y esta espiritualidad es diferente en cada niño. Esto lo hace único.
Si la búsqueda es sincera, temas como “Índigo y Cristal” le aportarán crecimiento. Tenemos que lograr llegar a esta Madurez Espiritual. Hay mucha información, mucho falso estímulo, y esto puede desequilibrarnos espiritualmente, pero a la vez, nos puede ayudar a discernir conscientemente entre aquello que aporta verdaderamente a nuestro crecimiento y aquello que no.
Esta Madurez Espiritual proviene de la Paz interior, de no necesitar pertenecer a ningún lugar para sentirse completo. Esta madurez llegará a usted, ni siquiera hay que buscarla, pero podrá facilitar su llegada, haciendo consciente su parte inmadura, su parte egóica que necesita “pertenecer” para sentirse segura. Sea sincero con usted, camine en paz.
Aportado por: Nancy Ortiz
Aportado por: Nancy Ortiz
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