sábado, 20 de agosto de 2011

NEUROBIOLOGÍA DEL PROCESO DE ILUMINACION (Relacion entre DIKSHA y ADN)


NEUROBIOLOGÍA DEL PROCESO DE ILUMINACION
Oneness University Argentina

Comentarios científicos
a las enseñanzas de Bhagaván.
Neurobiología

del Proceso de Iluminación

 
El estado de iluminación ha sido asociado con un cambio en la función del cerebro en varias tradiciones espirituales. Desde agosto del año 2003, una organización que se denomina Fundación para la Era Dorada ha creado una forma de transmisión de energía o Diksha que parece despertar rápidamente las funciones del cerebro humano a su potencial verdadero, principalmente la iluminación, y una profunda sanación emocional accesible a cualquier persona. Sri Bhagaván, el fundador de la Fundación para la Era Dorada, ha entregado una versión desmitificada del proceso de iluminación que considera la importancia de un cambio biológico en el cerebro. Sus afirmaciones acerca de los cambios inducidos en el cerebro a través de la Diksha pueden ser confirmadas con los más avanzados descubrimientos en física y neurociencia. A continuación, me gustaría presentar una comparación entre algunas de las afirmaciones de Sri Bhagaván y mis propios descubrimientos en el estudio del cerebro a través de la física y la neurofisiología:

1. Sri Bhagaván describe una desconexión de actividad en los lóbulos parietales como un suceso esencial en el proceso de iluminación.
Los lóbulos parietales contienen lo que algunos científicos llaman el área asociada a la orientación, o OAA . La función del OAA es darnos orientación en el espacio.
Podemos dar por hecho que podemos amarrar los cordones y caminar a través de una puerta. Pero esto es posible solamente debido a una furiosa actividad neurológica en la parte posterior de los lóbulos parietales. Un daño en esta área del cerebro puede producir que las tareas más simples, como agarrar un vaso de agua, sean imposibles, ya que el cerebro dañado no puede percibir una distinción entre la mano, el vaso y el espacio entremedio. En el nivel físico, la habilidad para percibir los límites y las diferencias es esencial para nuestra habilidad de realizar tareas.
Sin embargo, en el cerebro humano, el OAA es crónicamente hiperactivo. Esto estimula la conexión amígdala-hipocampo, un par de centros cerebrales que está diseñado para dar un sentido de significado a las percepciones registradas como importantes. Si el OAA, el cual es diseñado para crear una percepción de distinción y separación en un nivel de utilidad, es hiperactivo, la conexión amígdala-hipocampo no tiene otra alternativa más que interpretar esta hiperactividad asumiendo que la separación tiene más realidad que solamente en el nivel de los objetos físicos, como la mano y el vaso. La conclusión es que estamos fundamentalmente, existencialmente separados de todo lo demás. El sentido del “yo”, el cual el cerebro crea constantemente en reacción a la percepción de lo que es percibido como “otro” distinto al “yo” (la premisa básica de la teoría de relación-objeto en la psicología del desarrollo) es asumido como una absoluta, distintiva separación del yo de todo lo demás. La neurociencia ha demostrado que en meditación u oración profunda, el OAA en los lóbulos parietales es bloqueado temporalmente de las entradas de información. Esto puede provocar estados temporales de una vasta conciencia expandida, ya que el sentido de un yo separado no puede encontrar sus límites usuales y se expande para encontrarlos. Sin embargo, esta es una experiencia temporal, dependiente de una función alterada del cerebro como la supresión de las entradas de información neurológicas hacia el OAA lo que hace que una sensación permanente de conciencia de unidad sea casi imposible de lograr de esta forma. Esto hace eco con las afirmaciones de Sri Bhagaván cuando dice que la iluminación tiene que ser entregada, que no puede ser alcanzada por el esfuerzo personal. Las Dikshas parecen inducir un proceso de transformación en los lóbulos parietales que cambia permanentemente su función a un nivel natural en donde los límites físicos pueden ser percibidos pero la sobre actividad natural cesa. La amígdala-hipocampo no tendría entonces ningún motivo o estimulación para crear el sentido existencial del yo separado.

2. Sri Bhagaván expresa que la activación de los Lóbulos Frontales está relacionada con la Realización de Dios.
La experiencia de iluminación, de no-separación, no necesariamente coincide con la experiencia de la presencia de un Dios vivo. En la enseñanza de Sri Bhagaván, más que la desactivación de la hiperactividad de los lóbulos parietales, es necesario pasar de la iluminación hacia la Realización de Dios. Él habla sobre la activación de los lóbulos frontales como un cambio neurológico necesario para que Dios se transforme en algo vivo en la conciencia de una persona. Los lóbulos frontales están asociados con la voluntad del individuo. Muchas tradiciones místicas hablan acerca de la unión entre la voluntad del individuo y la de Dios, ambas como la puerta y el resultado de la Realización de Dios. Sin embargo, esto no puede suceder si los lóbulos frontales están bajos en su actividad Es una ley universal que todo aquello que está incompleto en su naturaleza busca su propia plenitud (completarse). Mis propios descubrimientos en neurofisiología (los cuales se desvían de la ciencia oficial universitaria) muestran que los lóbulos frontales de prácticamente toda la gente funcionan crónicamente en baja actividad. Esto significa que ellos simplemente no tienen los neurotransmisores suficientes ni la energía eléctrica para funcionar ni siquiera cercano a lo óptimo. En un nivel de experiencia subjetiva esto es igual a tener una voluntad personal muy débil y una experiencia de aburrimiento (decaimiento). El aburrimiento sólo es posible debido a la baja actividad de los lóbulos frontales. La dopamina, el neurotransmisor esencial para la actividad del lóbulo frontal, es necesaria para los sentimientos de encanto con la vida y el gozo, los cuales se describen usualmente cuando ocurren las experiencias místicas de unión con Dios. La falta de dopamina incrementará la urgencia de la persona en mantener su voluntad personal y no dejarla fusionarse con una realidad mayor, debido a que algo es todavía sentido como incompleto en el nivel personal. Es como morir: una persona que siente que su vida está completa y plena tiene más facilidad para enfrentar la muerte cuando llega el momento. Una persona que siente que algo falta en su vida usualmente se aferrará más a la vida. Si las Dikshas tienen el efecto de activar los lóbulos frontales, esto puede provocar la sensación de plenitud en la voluntad del individuo, su florecer completo. En el florecimiento total de la voluntad individual se producirá una fusión natural con la realidad mayor de Dios. Desde esta perspectiva, un “gran ego” no es otra cosa que una compensación de un ego débil que busca su propia plenitud.
Pero sin la total activación de los lóbulos frontales y de la saturación de dopamina, el ego nunca encontrará su propia plenitud ni consiguiente fusión con Dios. Juzgar un gran ego así como la fijación en la voluntad personal como conciencias de menor grado, como se ha hecho tan a menudo en las enseñanzas espirituales, no tiene sentido ya que una débil voluntad personal tiene una urgencia natural de fijarse en la individualidad, sin importar cuáles sean nuestras intenciones conscientes. La solución sólo puede aparecer con un real cambio en el nivel fisiológico, el cual libera la voluntad individual de sus esfuerzos en contra de la rendición a una realidad mayor.

3. Sri Bhagaván expresa que la iluminación tiene que serte entregada, que es un regalo de la Gracia.
En los últimos 15 años, el Dr. Hartmut Muller de Alemania desarrolló un nuevo paradigma en la física, llamado Escala Global. Esta interesante nueva expansión de la física cuántica muestra más allá de toda duda que la conciencia es la más fundamental “sustancia” del universo y que contiene un diseño original de todo lo que hay en el universo, y que sigue una fórmula matemática exacta. La distancia entre los planetas, estrellas y las galaxias, la distancia entre los electrones y los núcleos en todos los átomos, el ph óptimo del cuerpo humano, todo esto y todo lo demás en el universo material sigue la misma estructura matemática. Este diseño original es tal que todo opera en el más bajo nivel de estrés y en el máximo nivel de eficiencia en todo momento. Un átomo está en todo momento sintonizado a la fuente de inteligencia a través de un campo sintrópico (syntropic). Estos campos sintrópicos permiten a un átomo el que siempre “conozca” cómo funcionar con la menor cantidad de estrés y la máxima eficiencia. Los seres humanos parecen ser las únicas formas manifiestas de la creación que, en algún grado, han perdido su sintonización a estos campos sintrópicos de la vida y la unidad. Una vez que esta pérdida ha producido algunos cambios en el cerebro de la persona, la re- sintonización con los campos sintrópicos de unidad es extremadamente difícil debido a que ya no sabemos qué son estos campos. Entonces, creamos todo tipo de mitologías, religiones, teorías científicas, etc. acerca de la vida para llenar este vacío. Una persona con un OAA sobre activo en los lóbulos parietales y con una baja actividad en los lóbulos frontales buscará la iluminación desde la experiencia de separación. Todo el esfuerzo de la búsqueda espiritual es en algún sentido parte del problema ya que ocurre como una reacción a la pérdida de sintonización con los campos sintrópicos de unidad. Si nuestra búsqueda está basada en el problema, es difícil que conduzca a la solución. Si la sintonización a los campos sintrópicos de unidad puede simplemente ser dada, es por lo tanto posible que la iluminación suceda en cada uno. El diseño original del cerebro humano es percibir la unidad como la realidad intrínseca de la vida. Este diseño original está latente pero necesita un funcionamiento natural del cerebro para ser anclado en la conciencia humana. Si las Dikshas sintonizan el cerebro de una persona a los campos sintrópicos del funcionamiento óptimo del cerebro, la conciencia del individuo pronto realizaría su igualdad con la unidad.

4. Sri Bhagaván expresa que la iluminación es un fenómeno biológico y genético.
La espiritualidad tradicional generalmente le asigna un bajo perfil a la importancia del cuerpo. A menudo es visto simplemente como un receptáculo para la conciencia, una camisa que el alma usa. La física moderna demuestra que la visión de Sri Bhagaván está más cercana a lo que nosotros conocemos como la naturaleza de la materia. Una línea divisoria distintiva entre la materia, energía y espíritu es ilusoria. Basados en el brillante modelo de vórtice del átomo que fue formulado por Lord Kelvin en 1867, podemos ver que cada átomo tiene la medida del universo entero y que los objetos materiales que percibimos son sólo los aspectos más densos de los átomos. La materia es el resultado de un continuo de vórtices de energía incrementando su densidad. Como Max Planck lo describió en 1910, en este proceso de condensación de energía, la materia fluctúa billones de veces por segundo entre el ser materia y el ser energía pre-material sin forma.
Desde esta perspectiva, tendría sentido el asumir que la transformación espiritual tiene que ser anclada en el nivel físico. Cuando alcance el nivel de manifestación más denso, todos los otros niveles se ajustan automáticamente, porque la materia no está completamente ausente de las dimensiones más altas de la creación. Por el contrario, la materia se ve tan densa debido a que incluye a todos los demás niveles. Así, cuando el nivel material o biológico se ilumina, todo lo demás está incluido. En el nivel genético, es interesante notar que del ADN humano, solamente el 1,73% porta información genética activa.
La bioquímica moderna es desafiada ante este derroche de naturaleza y nombra a las partes inactivas del ADN introns (traducir), material de desecho inútil. Esta es una conclusión muy cuestionable ya que la naturaleza no produce desechos en ninguna parte. En mi opinión, los introns (nuevamente me desvío de la ciencia oficial) se igualan al potencial espiritual latente en el ser humano. Formalmente creo que las Dikshas inundan las partes inertes del ADN con fotones, activándolos en consecuencia. Los fotones son el puente de la naturaleza entre la energía sutil y la materia. La resonancia de fotones es el proceso por el cual la información de los ámbitos sutiles es distribuida desde el ADN a través de las células. Los 3 cm. del material de ADN activo portan información necesaria para la mera sobre vivencia, pero cuando el resto de la molécula de ADN se activa (puede usarse fotón resonancia) podemos movernos más allá de la mera sobre vivencia, al despertar de nuestro potencial total.

5. Sri Bhagaván expresa que la Mente Colectiva o Mente Ancestral determina nuestro estado mental individual.
En los años 50, el Dr. Hans Selye, endocrinólogo de la universidad de Montreal, demostró que el cerebro de toda persona normal está en un estado crónico de estrés por sobre vivencia el cual sólo sería apropiado en una situación de vida muy amenazante. Esta respuesta de estrés es algo a lo que nos hemos adaptado tan profundamente que ya no lo percibimos como algo particularmente estresante.
Sin embargo, en este estado de respuesta estresante estamos compelidos a estar altamente condicionados por nuestro ambiente y por la inconsciencia colectiva.
Las investigaciones del cerebro demuestran que los patrones de respuesta de estrés causan dominancia de las ondas beta de alta frecuencia en el cerebro. En beta, el cerebro es capaz solamente de estímulos primitivos –patrones de respuesta- que hemos adoptado por largo tiempo a través de nuestro ambiente y de la conciencia colectiva humana, y que un cambio verdadero es prácticamente imposible. Beta es también el estado de la menor habilidad de auto-curación del cuerpo. La práctica espiritual puede, hasta cierto punto, relajar la respuesta de estrés del cerebro y permitir ondas más lentas del tipo alfa, theta y delta. Sin embargo, la investigación demuestra que la práctica espiritual individual es bastante menos efectiva que la sintonización obtenida con los campos sintrópicos de la vida y la unidad.
En la Escuela para enseñar destrezas en la naturaleza virgen, de Tom Brown Jr., un experto mundial en estas habilidades, un neurólogo examinó los efectos de pasar un tiempo en la naturaleza virgen. Sus descubrimientos fueron realmente sorprendentes: mientras que a un novicio y dedicado practicante de la meditación le toma más de un año sostener un estado alfa por pocas horas, la gente que nunca ha meditado en sus vidas puede sostener estados alfa profundos por horas luego de haber pasado sólo 48 horas en la naturaleza virgen. Ya que la naturaleza está sintonizada a los campos sintrópicos de la vida, impulsará al cerebro humano hacia sus propios campos sintrópicos mucho más rápido que cuando un cerebro no sintonizado busca esta sintonización a través del esfuerzo. Es mi opinión que en la práctica individual mucha de la energía con la cual el buscador practica proviene de la mente antigua del esfuerzo y la carencia; nuevamente, la búsqueda está demasiado focalizada en el problema y no en la solución. Esto parece ser casi una validación científica que avala la necesidad de Gracia.
Conclusión Muchos científicos y líderes espirituales han hecho un llamado para reunir a la ciencia y la espiritualidad. Luego de que la ciencia moderna se fundó en el siglo 17 como una reacción a centurias de una fe ciega, por unos 200 años los científicos trataron de confirmar la visión de mundo mecanicista-objetivista de Descartes y de Newton. Esta búsqueda finalmente se fusiona en los tambaleantes descubrimientos de la física cuántica del siglo 20, la cual demuestra que los místicos han descrito la realidad muy acertadamente durante milenios. Lo que ha faltado hasta ahora es un sistema de transformación espiritual que conlleve resultados científicos precisos y repetibles. Es mi opinión desde la investigación científica, experiencia personal y evidencia anecdótica, que el trabajo de Sri Bhagaván es el primer sistema espiritual que ofrece resultados, posiblemente en una escala global.

Por: Christian Opitz.

Traducción: Maria Cecilia (Chichi) Lorca M.

 

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