CANTO DE LAS BUENAS COMPAÑIAS
por
Milarepa
Los hombres superiores necesitan del dharma;
sin él son como águilas,
que aunque se posen en lo alto tienen poco sentido.
Los hombres comunes necesitan el dharma;
sin él son como tigres,
que aunque poseen mucha fuerza son de poca valía.
Los hombres inferiores tienen necesidad del dharma;
sin él son como asnos de buhonero,
que aunque cargan grandes bultos muy poco les beneficia.
Las mujeres superiores necesitan del dharma;
sin él son como cuadros en una pared,
que aunque luzcan muy bonitas no tienen utilidad.
Las mujeres comunes necesitan del dharma;
sin él son como ratitas,
que aunque listas para conseguir el alimento
sus nidos tienen poca significación.
Las mujeres inferiores necesitan del dharma;
sin él son exactamente como las raposas,
que aunque sean socarronas y astutas
sus actos tienen poca valía.
Los hombres ancianos necesitan del dharma;
sin él son como árboles decadentes;
Las mozas necesitan del dharma,
sin él son como toros empujados;
las mozas necesitan del dharma,
sin él sólo son vacas decorativas;
todos los jóvenes necesitan del dharma,
sin él son como botones reventando en una concha;
los niños necesitan el dharma,
sin él son como ladrones poseídos de demonios.
Sin el dharma, todo mundo pierde sentido y propósito.
Quienes deseen vivir con sentido deben practicar la enseñanza de Buda.
Milarepa
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¿QUÉ ES EL DHARMA?
Darma o dharma es una palabra en sánscrito que quiere decir “proteger” o “guardar”. En el Budismo, es generalmente usada para señalar las enseñanzas del Buda y el camino acertado para llegar a la iluminación. En Hinduismo, dharma es interpretado como una buena acción, virtud o deber superior.
En general, dharma es todo aquello que guarda o protege el bienestar individual y colectivo.
Tanto en el Hinduismo como en el Budismo, dharma está asociado con el concepto de karma – la ley de causa y efecto.
La rueda de la vida o “samsara”, conectada al concepto de karma, simboliza el ciclo de la vida que incluye nacimiento, vida y muerte. El ciclo, como la rueda, no tiene principio ni fin, y por lo tanto después de la muerte hay otro nacimiento y una nueva vida – una y otra vez. Esto es lo que llamamos reencarnación. Esto es lo mismo tanto en Hinduismo como en Budismo.
La ley del karma dice que para cada acción, existe una consecuencia; para cada causa, hay un efecto; todo lo que se envía al Universo, regresa a nosotros tarde o temprano. El karma de una persona – o un colectivo - se puede manifestar durante un ciclo de la rueda de la vida, o durante el siguiente – durante esta vida, o la próxima.
Para lograr un ‘buen karma’ es necesario vivir de acuerdo al dharma, es decir, actuando correctamente y siguiendo las enseñanzas espirituales más elevadas. Toda acción que beneficie al individuo, a quienes lo rodean y a la humanidad en general, es considerado dharma y generará buen karma.
El dharma tiene el poder de balancear y borrar el mal karma acumulado, y en ese sentido afecta nuestro futuro inmediato al igual que próximas vidas.
Para acumular buen karma, el individuo debe seguir el camino del dharma que implica virtudes como pureza, compasión, honestidad o verdad y austeridad. Una vida que vaya en contra de estos preceptos, se considera adharmica. El adharma se basa principalmente en tres vicios – el orgullo, promiscuidad o violencia física e intoxicación.
En Hinduismo, el Manusmriti (las leyes de Manu) dicen que existen 10 reglas para cultivar dharma. Estas son el perdón, la paciencia, el control del cuerpo y la mente, la honestidad, la santidad, la lógica, el control de los sentidos, la verdad, el conocimiento y la ausencia de rabia.
Al final, la experiencia de ser humano implica tener la libre opción de actuar de acuerdo a nuestras virtudes o defectos. Es esta decisión la que generará buen o mal karma en nuestras vidas y nos ayudará a avanzar en el camino espiritual hacia la iluminación o a quedarnos estancados en existencias humanas una y otra vez, hasta que superemos la prueba.
En la ley kármica nada está ya determinado y en cualquier momento, por mucho mal karma que tengamos acumulado de esta y otras vidas, podemos balancear la cuenta obrando de acuerdo al dharma. El poder está en nuestras manos y a cada momento forjamos el presente y futuro con nuestros pensamientos y acciones.
Publicado en http://nuevaera.about.com/
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