"PERDONES VERDADEROS”
por
Williams Lillo
El objetivo de el artículo es comprender los beneficios del perdón y entender cuál es la diferencia entre el perdón básico, el más común en la sociedad, que bien podríamos llamarlo “falso perdón”; y el perdón verdadero que es el más difícil de incorporar en nuestra cotidianidad.
Para poder analizar una situación en la cual hemos sido agredidos (si es que realmente hemos sido agredidos) necesitamos en primera instancia ser capaces de perdonar. Ninguna situación es susceptible de análisis y comprensión si antes no la hemos pasamos por el filtro del perdón verdadero.
Cuando una situación no es perdonada, se perpetúa en nuestra mente, se mantiene consumiendo energía. Si no perdonamos algo, significa que estamos dando poder a la situación sobre nosotros, reconocemos que la situación nos afecta, que es determinante. No perdonar implica sentir que nos han quitado algo, que no estamos completos. No perdonar saca a la superficie nuestro sentimiento de dependencia de otras personas o situaciones y de esta manera, quedamos conectados eternamente de forma negativa.
¿Cuál es la diferencia entre el perdón falso y el perdón verdadero?
El perdón falso es el que está instalado en el común de la gente. Es aquel que lleva implícito un alto componente de soberbia. Por ejemplo, nos sentimos agredidos, perdonamos, no devolvemos la agresión, pero en el fondo consideramos al agresor como culpable. No devolvemos la agresión porque nos consideramos “mejores”, pero nuestra visión de la situación es imperfecta, ya que consideramos al otro culpable. Este es el denominado falso perdón, porque superficialmente no se observa que la agresión sea devuelta al ofensor, sin embargo, el ofendido cree y siente profundamente que el agresor es culpable.
Por el contrario, el perdón verdadero parte de la premisa de que “no hay culpables, sino inocentes” y que por lo tanto, no hay necesidad de perdonar. Las personas capaces de perdonar verdaderamente son las personas más elevadas. Son las personas que ven en el mundo dos tipos de actos: 1) buenos actos (expresiones de amor) y 2) malos actos (pedidos de amor). Es decir, el perdón verdadero parte de una comprensión profunda del origen de los actos. En esencia, nadie quiere hacer un daño, los daños se originan en la mente inconsciente de las personas.
¿Qué es el perdón total?
El perdón total no solo abarca perdonar a personas, sino también a situaciones u objetos. Por ejemplo, implica no culpar a nadie porque pisé mal una baldosa y me torcí el tobillo, implica no culpar a nadie porque me duele la cabeza, implica no culpar a nadie porque no me funciona “x” cosa. Cuando procedemos a culpar a los demás porque las cosas no nos funcionan, proyectamos en otros nuestra culpa, consumimos energía innecesaria y nos estancamos en el análisis de la situación sin poder evolucionar.
Tenemos dos opciones. O nos volvemos perdonadores totales a voluntad. O nos preparamos para enfrentar una y mil veces la misma situación que la vida nos pondrá en el camino. En otras palabras... o desarrollamos la voluntad (buen camino) o nos tropezaremos mil veces con la misma piedra (mal camino). Tenemos la posibilidad de elegir como queremos avanzar con poco sufrimiento o con mucho sufrimiento…libre albedrío.
Williams Lillo
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