DIME…
por
Drisana
(Una de mis pequeñas reflexiones)
Dime, herman@…
Cuando estas enojado, furioso… Cuando sientes rechazo hacia ti o hacia otros seres…
Cuando sientes que en tu corazón se instala el rencor o el odio…
Dime… ¿Vives? ¿Puedes sentirte vivo? ¿Puedes sentir que estas viviendo tu vida? ¿No será que simplemente tu YO se ha escondido dentro, muy dentro de ti y hay otro tu viviendo a traves de ti una vida que no es la tuya?
Cuando te ciegan los celos, la envidia, la rabia, tu YO Divino sufre, pero respetando el don que te fue concedido, el don del libre albedrío, calla. Guarda silencio aunque reconoce la injusticia que cometes no con otros, sino contigo mismo. Porque por mucho daño que puedas infringir a otros seres con tus actos o con tus palabras, en el fondo es tu Ser el que mas sufre.
El enojo, la envidia, la rabia, son pensamientos muy negativos que engendran otros pensamientos más negativos aún, como el odio, el rencor, la venganza… que a su vez provocan que actuemos bajo las ordenes de la oscuridad. El sentido de la realidad se nubla, los sentimientos puros se opacan y todo nuestro mundo se encoge y empequeñece porque se limita a ese estado de negatividad en que se reconcentra y pliega nuestra alma. Como una ostra, nuestro YO, retrocede a esa parte oscura de nuestro corazón. A esa cámara sagrada donde nada ni nadie pueda dañarlo y vuelve a tener frio y a sentir el miedo. Y si en esos momentos de enfado os miramos en un espejo, comprobaremos que ese reflejo que nos devuelve, no es el mismo de siempre, sino el de otro ser mucho peor.
Sin darnos cuenta, cuando albergamos negatividad en nuestro interior, somos nosotros mismos los más dañados, pues nos estamos negando el don de la vida y el más precioso don que es el amar y ser amados.
Cuando permitimos que cualquier cosa ajena a nosotros mismos, una palabra, un comentario, un insulto, dichos por alguien a quien quizas ni conozcamos nos alcance y nos hiera, le estamos dando a ese ente el poder de manejarnos a su antojo. Sin embargo, cuando eludimos con una sonrisa aquellas oscuridades que tratan de lanzarnos, la victoria será nuestra, pues una simple sonrisa o un gesto amable bastaran para desarmar e iluminar la más terrible de las oscuridades.
Se que muchos estaréis pensando al leer mis palabras que no es fácil muchas veces eso de no enojarnos o no caer en estados de ira o colera ante aquellas cosas que sentimos injustas… También se que no, no es fácil sonreír ante lo injusto o poner la otra mejilla para que vuelva a golpearnos la realidad. Somos humanos y por tanto, tenemos… ¿Cómo podría expresarlo para que se me entendiera?… Sí, somos humanos y tenemos “derecho a la pataleta”. Hasta Jesús El Cristo se permitió un momento de enojo cuando se enfrento a los mercaderes en el templo.
Todos tenemos derecho a caer, pero también tenemos la obligación de levantarnos. Tenemos la obligación de vivir, de equivocarnos, de ser felices pese a todo.
Por todo esto vuelvo a preguntar:
¿Vives? ¿Te sientes vivo o permites que otro que no es tu YO verdadero, viva por ti?
Drisana
(11 de enero del 2017)
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"Omnia mea mecum porto"
Soy todo lo que tengo
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