LA FUERZA DE LA INTENCIÓN
El pensamiento firme en mi consciencia influye naturalmente en las emociones y pensamientos de otra persona. Esto puede tener impacto psicológico y emocional.
La intención unificada al pensamiento hace que en la mente de mi prójimo haya una reacción. La influencia de Jesús sigue hasta ahora. Su intención tenía firmeza y conocimiento.
Es vital meditar en las palabras que diré a mi prójimo porque naturalmente lo impactaremos. Reflexionar antes de decir algo a mi prójimo. Lo importante no es la palabra en sí, sino el pensamiento (ANU) y su intención. Sobre todo su intención. Mi intención ha de ser la más pura, para que mi pensamiento sea más puro cada vez.
La FE es la FUERZA y cobra la INTENCIÓN del pensamiento. Puede ser buena o mala pero la FUERZA es la misma siempre. El CRISTO pudo ser percibido por JESÚS.
El CRISTO es la vibración consciente de sí misma antes de la expansión.
La FE más mi INTENCIÓN puede mover montañas. Si va en dirección al bien se beneficia el mundo entero. Si van en dirección al mal sufre el mundo entero.
La intención es el fervor, pero si sólo me quedo en la intención un día cesa. A la intención hay que imprimirle la fuerza de la fe. La intención es pequeña sin la fuerza de la fe. La intención más el conocimiento va a producir que el fuego se apague. Los pensamientos son actos, tienen vida y a través de ellos puedo enarbolar mi vida. El pensamiento es más concreto que la materia misma. Antes de que el pensamiento se vuelva acción, reactivo y reacción, ha de reflexionarse y discernirse profundamente.
A través de la intención, la reflexión y el discernimiento la flecha se llena de conocimiento u oscuridad. Mis experiencias en relación a lo que veo crean impresiones. Una misma circunstancia puede generar muchas impresiones en distintas personas y ellas van en relación a la evolución. Todo mundo tiene razón en cierto eslabón de la evolución.
La percepción e impresiones de los pensamientos van generando distintas impresiones. LAS PASIONALIDADES HUMANAS TRAEN SUFRIMIENTO PARA TODO EL MUNDO Y TRAEN PLACER PARA TODO EL MUNDO.
Para conocer los comportamientos de Jesús uno tiene que conocer su verdadera naturaleza, su verdadera esencia. La naturaleza del viento es soplar, a veces con suavidad, a veces como un vendaval, pero nunca pierde su esencia. Lo mismo sucede con Jesús.
En la afirmación YO Y MI PADRE SOMOS UNO está la comprensión de su verdadera naturaleza. Para comprender a mi prójimo he de comprender su verdadera naturaleza. Lo que puedo ver es el musgo de la superficie del agua, pero he de removerlo para poder ver y llegar al fondo.
He de trabajar como los ambiciosos para realizar a Dios.
Lakshahara
Fuente: http://www.retirocatemaco.com/
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