Yo elijo vivir desde el corazón, ¿y tú?
Por Antonia Moragues Figuerola
Hay dos maneras de vivir: una es desde el miedo y la otra es desde el amor. Siento que cuando nacemos nuestra inocencia nos lleva a confiar en todo, abrimos nuestro corazoncito. A medida que nos hacemos grandes nos suceden una serie de acontecimientos que nos van marcando nuestra existencia, algunos de ellos negativos como: rupturas, traiciones, desengaños, mentiras, etc… Todo eso hace que poco a poco vayamos poniendo en práctica una serie de mecanismos de defensa que nos ayudan en cierta medida a paliar el dolor de una traición o de cualquier otra circunstancia que nos haya hecho sufrir.
Vamos construyendo corazas. Es como si fuéramos rodeando nuestro tierno corazón de altos muros para así protegerlo y sentirnos a salvo. ¿Pero realmente así somos felices? Yo creo que desde esta manera sólo logramos desconectarnos de nuestra esencia más profunda y poderosa del ser humano que es el AMOR. Al poner barreras, corazas, al desconfiar, al dejar de lado nuestra parte más tierna nos estamos negando a nosotros mismos dar lo más preciado de nuestro corazón. Al dar amor a los demás nos sentimos realizados, al ayudar, al volver a confiar en el ser humano.
¿Acaso sería mejor vivir desde el miedo? Desde la desconfianza de que todo lo que me rodea me hace mal, me daña. Confiemos en el amor que nos da el Universo, porque somos hijos de él y estamos protegidos y acogidos por él en todo momento. No hay poder más grande que el AMOR. Al conectar otra vez con él volvemos a nosotros, a nuestro origen, a nuestra esencia.
Estoy convencida que mucha gente deja de ser feliz por este motivo, porque tiene un candado tan grande en su corazón que ya nada ni nadie puede traspasarlo. Esa persona no permite ser amada ni amar. Todos somos dignos de amor. Somos seres maravillosos que nos merecemos lo mejor sólo que a veces lo olvidamos al desconectar nuestro verdadero ser.
Yo elijo vivir desde el amor, aunque sepa que por el camino vaya a haber obstáculos, aunque sepa que pueda ser dañada. Y lo hago porque sé que la recompensa que me da el amar a los demás, el confiar es muchísimo más grande que el tapiar un corazón puro y lleno de amor que es el que late en nuestro interior.
Soltemos lastres, volvamos a confiar, demos el primer paso. Merecemos ser amados y amar. Es el sentimiento mas puro y tierno no sólo del ser humano sino de cualquier ser vivo. AMA sin miedo y sentirás como tu corazón vuelve a vibrar como cuando eras niño, volverás a conectar con esa felicidad que hacía tiempo habías olvidado.
AMA sin miedo. Estás acogido por el universo. Confía en él.
Antonia Moragues Figuerola
FUENTE: https://www.mindalia.com
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