ESCUCHA DESDE EL SILENCIO,
por Jeff Foster
Estate presente. Sé aquí.
Siente tus pies en el suelo, tu vientre subir y bajar.
Sé abierto y receptivo a toda la vida que hay a tu alrededor.
A los sonidos, a los olores, a los sabores.
A los sentimientos surgiendo inesperadamente.
Un hormigueo en la barriga.
Una contracción en la garganta.
A la pesadez en la cabeza.
Una vieja tristeza que viene a visitarte.
Mantente curioso mientras el momento danza.
Escucha. Escucha con todo el cuerpo.
Escúchate a ti mismo. Escucha a la otra persona.
Escucha el silencio que hay entre cada frase.
Deja que el silencio se prolongue un poco más.
No hay ninguna prisa. No hay ningún momento ‘mejor’ que alcanzar.
El silencio no siempre necesita ser llenado.
Anda un poco más desnudo. Un poco más despacio.
Sabe un poco menos lo que estás a punto de decir.
Estate un poco menos preparado, más abierto al desorden, un poco más dispuesto a exponer tu vulnerable corazón.
Sorpréndete ante tus propias respuestas.
No te anestesies con las mismas historias de siempre.
Tropieza si es necesario. Está bien. Estás a salvo.
Permite que tus palabras surjan desde el silencio y a él regresen.
Observa si estás hablando sólo para evitar el silencio.
Observa si estás regurgitando una historia que has contado en el pasado.
Observa si es que estás tratando de impresionar, o ganarte el amor de alguien.
O si estás evitando ser visto como realmente eres.
Amigo, en el silencio entramos realmente en comunión.
La auténtica comprensión está más allá de la mente.
El amor es silencioso; no necesita palabras.
Escucha el silencio; es volcánico.
Jeff Foster
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