Si soy la consecuencia de lo vivido, me quedo en paz con el origen y miro esperanzado la próxima encrucijada.
Si mi vida me ha traído hasta este punto del camino, me tomo un descanso a su vera para observar los tres puntos de convergencia: el largo pasado de peregrino, el futuro que me espera, y este exacto lugar del presente que bendigo.
Y en la dicha solariega que hoy me regala mi camino, encuentro la fuerza que antes no tenía.
Y en ese buscar de todos los días, he hallado algunas flaquezas y mezquindades.
Mas no las reniego; si están aquí es porque las necesito para continuar en el sendero.
Y así… me hago cargo de logros y puntos no resueltos hasta ahora.
En paz con la convergencia del Tiempo en esta hora, disfrutando de los extremos y del presente con convicciones y algunas certidumbres que se cuelan con los hilos de luz entre las hojas.
Juan José Mestre
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