lunes, 12 de abril de 2021

LA RIQUEZA DE COMPARTIR.


Un agricultor tenía el mejor cultivo de maíz. Cada año llevaba su maíz a la feria del estado donde le galardonaban. Un año un periodista lo entrevisto y se entero de algo interesante acerca de como cultivaba su maíz.

El reportero descubrió que el agricultor compartía su semilla de maíz con sus vecinos.

– Cómo puede darse el lujo de compartir sus mejores semillas de maíz con sus vecinos cuando están entrando en competencia con la suya cada año? Por qué lo hace señor?-  preguntó el reportero.

El granjero respondió: -Porque, señor, el viento recoge el polen del maíz maduro y lo mezcla de campo en campo. Si mis vecinos cultivan un maíz inferior, la polinización cruzada degradará de manera constante la calidad de mi maíz. Si quiero cultivar buen maíz debo ayudar a mis vecinos a cultivar maíz bueno también.»

Así sucede con nuestras vidas… Los que quieren vivir de manera significativa deben ayudar a enriquecer las vidas de los demás, el valor de una vida se mide por las vidas que toca. Y aquellos que eligen ser felices ayudan a otros a encontrar la felicidad, porque el bienestar de cada uno está ligado al bienestar de todos.

Llámalo poder de la colectividad. Llámalo un principio de éxito, dí que es una ley de la vida, como quieras llamarlo. El hecho cierto es, que ninguno de nosotros realmente gana hasta que todos ganamos.

TODOS SOMOS UNO


 

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