lunes, 2 de agosto de 2021

Aprendiendo a ser libres, por Júlia García Cervera


Cuando nos permitimos expresar nuestro sentir y pensar con total libertad, es porque nos aceptamos tal y como somos, entonces parte de las personas del entorno nos critican y se enfadan, nos dicen lo que tenemos que pensar y si no lo hacemos desaparecen de nuestras vidas muy ofendidas ¡no saben el favor que nos hacen! Porque entran otras mucho más auténticas. Así que la aceptación personal nos libera de un entorno tóxico y nos abre a experiencias más sanas y enriquecedoras.

Cuando uno reprime lo que siente y no expresa lo que piensa se rodea de un ambiente falso.

Intento no tener conversaciones inútiles en las que mi energía baja, prefiero el silencio.

No quiero más personas que siempre hablan de sí mismas, si me veo muy obligada, por compromiso familiar o laboral, tengo un interruptor mental que me hace seguir con el piloto automático.

No siento haber perdido amistades por pensar como pienso. No quiero falsas amistades.

No quiero seguir complaciendo a otros solo por tener su aprobación. Me apruebo yo misma.

No siempre tengo la razón, pero no siempre estoy equivocada.



©Júlia García Cervera. 




Se concede permiso para compartir sin alteraciones, citando la autora y 

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