lunes, 24 de enero de 2022

«Me toco ser de los que aman», por Odin Dupeyron



Me tocó ser de esos tontos

que dan todo sin temor,

de esos tontos que pretenden

entregar el corazón.



Me tocó sentir aquello

que se llama decepción,

cuando el otro no comprende

la nobleza del amor.



Me tocó tener caballos

adentro del corazón,

que galopan por mis venas

cuando el fuete del amor

les golpea con mucha fuerza

desatando la pasión.



Me tocó ser de los que aman,

no me avergüenzo, yo no,

pues mi amor está pagado

cuando siento una emoción,

cuando me miro en sus ojos

o cuando siento su olor.



Cuando yo amo sin fronteras

temo que mi corazón

se quede corto en la entrega,

lo doy todo sin razón.



Toma tú mi corazón, te lo regalo,

te lo entrego y te lo da mi propia mano,

tuyo es, y también te doy derecho

en hacerlo pedazos en mi pecho.



Que no duele el dolor cuando se entrega

el corazón por amor y no se niega,

que negarse a uno mismo un sentimiento…

es marchitarse el alma en un momento.



Mas ¿qué puedes entender tú de todo esto?,

tú que eres el amado y no el amante,

no pretendo que ni por un instante

tú comprendas el por qué de mi entregarme.



Tú no sabes qué es sentir que aquí en el pecho

algo estalle provocado por tu aliento,

tú no sabes lo que es dar la vida entera,

por un sueño, una ilusión o una quimera.



¡No lo sabes!, ¡No lo entiendes!

Esa gloria es sólo de nosotros,

los benditos elegidos. ¡Los amantes!

Que morimos y seguimos adelante.



Caminando en el sendero de emociones

y seguros de que todas las acciones,

por amor han sido realizadas,

y serán algún día serán recompensadas.



Cuando encuentre yo a ese ser que me responda

y que me ame como he amado yo hasta ahora,

le daré… lo mejor de mis batallas.



Y aquellas voces que de mi alma emanan,

¡Gritarán dando gracias a la vida!

Me tocó en el amor… ¡ Ser de los que aman!




Autor: Odin Dupeyron




De su libro “¿Nos tomamos un café?”



***********


A mi me tocó ser de las personas que aman sin condiciones, desinteresadamente, porque así lo dicta mi corazón que siente que es lo debe ser.

Y tú que me lees... ¿Te atreves a amar incondicionalmente? ¿Te atreves a ser, simplemente AMOR?

Drisana


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