El silencio interior, del alma, es una oportunidad para descansar y reponerse en el regazo incomparable de nuestra propia grandeza. Pues, el silencio es una disciplina del ser y no del hacer.
En el silencio del alma, conectamos con nuestra fuerza interior y volvemos a experimentar la confianza, la fe, seguridad, belleza y dignidad originales del ser. Es a partir de la base de esta fortaleza interior que nuestras acciones se pueden direccionar de manera favorable.
Desde el silencio interior pacífico, podemos re-descubrir nuestras propias cualidades innatas, las cualidades que son inherentes a lo que somos en esencia: seres de paz, seres de amor y de luz. Entonces, entramos en contacto con nuestra eternidad, ahora recordada desde el silencio y traída al presente, y nos abrimos a confiar en nuestra propia esencia más profunda, que es la original y verdadera.
El estado de conciencia que alcanzamos en el silencio está directamente conectado con la calidad de nuestra comprensión.
El entendimiento «dentro del sonido» es un proceso cognitivo, mientras que la comprensión «dentro del silencio» es muchísimo más sutil, dando lugar a una claridad que surgirá desde el interior. Por ello, resultan ser ambas experiencias notablemente diferentes.
En el silencio, y desde el silencio, podemos conectar con la calidad más elevada de los pensamientos. Toda acción surge desde su semilla, que es el pensamiento. Las acciones son el fruto de estas semillas.
¿Cuál es el suelo que estamos eligiendo para plantar las semillas de nuestros pensamientos?
Por ejemplo: ¿La ira o el amor? ¿La violencia o la paz? ¿El problema o la solución? Ya no es secreto que, estas son opciones claves si optamos a una buena y sanadora transformación personal.
De Brahma Kumaris, por Carlos A.S.
FUENTE: brahmakumaris.cl.
De Brahma Kumaris, por Carlos A.S.
FUENTE: brahmakumaris.cl.
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