miércoles, 2 de diciembre de 2020

Hay cosas que ya no funcionan. (Por Chamalú) - (Sobre los cambios)


Estamos destinados a cambiar.

Ustedes saben que los dinosaurios por su rigidez se negaron a cambiar y se condenaron a desaparecer.

Hay mucha gente que tiene el complejo de dinosaurio y viven como hace años, con esa educación, con esa religión que ya no existe, hace algún tiempo que ya no existe más.

Hay instituciones, empresas, personas, que hasta hace poco se mencionaban como ejemplo de lo que hay que hacer, y que hoy, a través del cristal de esta circunstancia, resultan ser un mal ejemplo, porque ya no existen, porque resultó ser otra cosa.

Hay cosas que ya no sirven, a todo nivel.

Hay cosas que ya no funcionan, simplemente, y tenemos que tener el valor de cambiarlas.

Que hasta ayer eran recomendables y parecían maravillosas, es cierto; pero ese mundo ya no existe, hoy transitamos una circunstancia diferente, hoy estamos en presencia de nuevas reglas de juego.

Gran parte de lo que aprendimos ya no nos sirve, y esto es válido también para todo lo espiritual; esa religiosidad con un intermediario de por medio resulta insuficiente.

Por eso necesitas hacerte cargo de tu vida, asumir con responsabilidad que todo lo que te pasa es tu exclusiva responsabilidad, que no puedes culpar a nadie, que si tú no estás bien, no es por culpa del otro, es tu descuido, tu negligencia.

Quería proponerles que identifiquen cosas que ya no funcionan, que ya no existen, que ya no sirven, y que la sociedad las conserva por costumbre, es como una especie de tradición, de rutina, se ha vuelto normales y lo que es normal, la gente no lo cuestiona, lo acepta.

Nosotros somos disidentes, porque cuestionamos lo que el resto de la gente acepta, porque ponemos en tela de juicio la normalidad.

Es que no es así, así no se vive como lo proponen, así no se hacen terapias, así ni se educa, así no se cultiva la tierra, así no se construye, así no se divierte, así no se vive, porque una vida sin magia no tiene sentido.
Ya no podemos seguir viviendo una mentira, ya no podemos seguir aceptando lo inaceptable, tenemos que revelarnos a través de la ternura, a través de la belleza, a través de la autenticidad, a través incluso de nuestra evolución, para dejar constancia ante la historia, que no todos los habitantes del siglo XXI eran zombis, repetitivos, que también existieron seres humanos que no aceptaron convertirse en robots y que con independencia de la cantidad que fueran, habitaron reverentemente y con pasión, una época donde se sembró la semilla de la transformación.
La propuesta para todos, hacerte cargo de tu transformación, vigilar tu itinerario, y fundamentalmente disfrutarlo, el crecimiento en ese caso habrá ocurrido por añadidura.

No tienes que hacer nada, con que aprendas a vivir será suficiente. 


(Chamalú)


 

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