No soy una humana guapa ni perfecta según los cánones de belleza que nos han impuesto desde siempre. Tengo muchos defectos y muchas limitaciones a nivel físico, pero eso jamás me ha supuesto un impedimento para poder crecer como el hermoso Ser de Luz que soy.
No soy una mujer “guapa” ni tengo medidas perfectas. Sólo soy una mujer normal que es consciente de ser lo que aparenta y no quiere ser lo que pretenden los demás. Me declaro auténtica, real, cercana, sincera… y soy plenamente feliz con lo que tengo y doy.
Soy lo que el Padre puso en mi corazón. Soy un pedacito de su propia Esencia Divina, soy Puro Amor Incondicional de su inmenso AMOR y como tal me manifiesto a mis hermanos y hermanas en la Luz, porque no sabría ser de otra manera.
Soy en total humildad e inmenso Amor, la mano que ayuda al caído, la que empuja de nuevo a caminar, la que seca las lágrimas y ofrece consuelo y no espera jamás ni siquiera una palabra de agradecimiento porque ver a mis hermanos felices es la mejor recompensa que puedo recibir y lo que me llena de inmensa Paz y Felicidad.
No soy bella, pero soy un hermoso ser de Luz.
Y eso es lo que me esfuerzo en mostrar a los demás, para que abran sus ojos del Alma y se vean a sí mismos como me veo yo. En la Obra del Padre-Madre, no existen cánones ni medidas, ni altos ni bajos, ni guapos o feos, ni listos o tontos, ni siquiera buenos o malos. En la obra del Padre todo es hermosa Luz e inmenso Amor Incondicional, porque en la CREACIÓN del PADRE, todo es PERFECCIÓN.
Y ahora, os invito a que os miréis al espejo y os veáis y os reconozcáis como lo que verdaderamente sois.
Drisana ©
No hay comentarios:
Publicar un comentario