Un ejemplo típico de japam occidental es lo que se llama «la oración de Jesús». Esta oración consiste en la constante repetición de la fórmula: «Señor Jesucristo ten piedad de mí». Dentro de la tradición cristiana ortodoxa y en sus textos clásicos, se indica que hay que repetir esta frase constantemente, incesantemente, y que en ciertos momentos conviene incluso aislarse y poner la atención en el pecho, en el corazón y tratar de que la oración se viva allí, «resuene» allí, hasta que la mente aprenda a centrarse en esta zona; con ello se producen unos efectos de transformación extraordinarios.
Pero lo que quiero destacar es la técnica en sí misma:
Si aprendemos a repetir una fórmula, una frase, constantemente, esto produce una transformación lenta, pero segura de toda nuestra psiquis y de toda nuestra mente. La frase debe estar de acuerdo con lo que es la aspiración de uno, con lo que representa el máximo exponente de la propia verdad. Por ejemplo, para muchas personas de mentalidad religiosa podrá ser una fórmula excelente: «Dios es amor»; o simplemente: «Dios me ama». Y solamente repetir eso, deteniéndose de vez en cuando para ahondar el significado, y reanudando luego la repetición.
Esta repetición constante, que nos puede parecer quizá un poco pesada, similar a la técnica «del loro», tiene su explicación. Nuestra mente está funcionando por automatismo, por inercia; nosotros tenemos unos hábitos mentales que son los que están dirigiendo de hecho nuestra vida habitual. Y cuando nosotros queremos ahondar nos encontramos con la barrera de estos hábitos mentales; el hábito de estar pensando en tal problema, o en tal otro. De estos hábitos existen varios niveles de profundidad en nuestra mente, porque en toda nuestra vida hemos estado edificando nuevos hábitos, unos encima de otros. Así, nos encontramos ante una verdadera fortaleza, ante unas auténticas barricadas, y a la hora del intento de penetrar en nuestro interior se presentan como obstáculos insalvables. Pero cuando yo empiezo a repetir la frase escogida, esto va logrando que la inercia mental, esta tendencia que tiene la mente a dar vueltas y a repetir siempre lo mismo – como ocurre ahora con nuestros hábitos-, vaya afirmando el hábito de acuerdo a la nueva idea, o sea que se va mecanizando de acuerdo con esta nueva fórmula; y, naturalmente, como esta nueva fórmula está de acuerdo con mi aspiración, con lo que yo necesito realizar, resulta que al cabo de un tiempo es precisamente mi automatismo mental el que está a favor de mi realización, dejando de ser obstáculo y convirtiéndose en una importante ayuda.
Por lo tanto, practicando la repetición explicada, se está polarizando mi mente, con sus automatismos inconscientes y también con mi actitud consciente, hacia el mismo punto; así se prepara el terreno para poder hacer cada vez una mayor y mejor concentración sobre la idea que yo quiero realizar.
Vemos, pues, como esta técnica que parece mecánica -y por lo tanto inferior-, es una técnica que responde a unos mecanismos seguros; la experiencia, además, no tarda en demostrar que eso funciona realmente así. Por otra parte, esta práctica no nos ha de impedir vivir nuestra vida. Ahora nosotros vivimos de manera que funcionan los viejos automatismos de siempre. La parte externa de nuestra mente es la que actúa y la parte intermedia sigue su circuito habitual, su rutina, sus preocupaciones, sus deseos y sus miedos.
Pues bien, cuando yo voy practicando, se van substituyendo poco a poco estos miedos, estos deseos, estas ambiciones, pero mi capacidad de acción externa sigue estando disponible (igual que ahora) para que yo siga trabajando y desenvolviéndome en la vida exterior."
(Tomado del Libro El Trabajo Interior-Técnicas de Meditación- de Antonio Blay).
PDF PARA LEER ON-LINE O DESCARGAR DEL LIBRO: EL TRABAJO INTERIOR - TÉCNICAS DE MEDITACIÓN:
http://auroradiaz.typepad.com/files/el-trabajo-interior.pdf
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me ha gustado mucho tu artículo, gracias Carmen, solo una duda, que frase puedo usar?
ResponderEliminarDa igual la frase elegida. Puede ser: "Dios mio ayudame", "Padre bendiceme", "Jesucristo ten piedad de mi", "Ala es poderoso y cuida de mi", dependerá de si eres religioso o no y de tu propia religion. O bien puedes utilizar algún Mantra: "GOBINDE, MUKANDE, UDARE, APARE, HARIANG, KARIANG, NIRNAME, AKAME", "OM MANI PADME HUM", o simplemente "OM". Eso dependera de ti y de lo que te dicte tu propio corazón en cada momento.
ResponderEliminarDrisana