PASOS HACIA LA PAZ INTERIOR
Principios para la Armonia de la Vida Humana
por
Peregrina de Paz
(Contiene pdf)
-- CUATRO PREPARACIONES --
1. Toma actitudes correctas hacia la vida.
Deja de ser evasivo, o alguien que vive en la espuma superficial, puesto que estas actitudes sólo pueden causar desarmonía en tu vida. Dale la cara a la vida sin miedo y sumérgete por debajo de su espuma superficial para descubrir sus verdades y realidades. Resuelve los problemas que la vida te proporciona y encontrarás que el resolverlos contribuye a tu crecimiento interno. Ayudar a resolver problemas colectivos también contribuye a tu crecimiento, y estos problemas nunca deben eludirse.
2. Vive tus buenas creencias.
Las leyes que gobiernan la conducta humana se aplican tan inexorablemente como la ley de la gravedad. La obediencia a esas leyes nos empuja hacia la armonía, la desobediencia nos empuja hacia la desarmonía. Puesto que muchas de esas leyes ya son comúnmente creídas, puedes comenzar poniendo en práctica todas las cosas buenas en que ya crees. Ninguna vida puede ser armoniosa a menos que creencia y práctica estén en armonía.
3. Encuentra tu sitio en el Esquema de la Vida.
Tú tienes una parte en el esquema de las cosas. Qué parte es ésa sólo lo sabrás yendo adentro de ti mismo. Puedes buscarla en silencio receptivo. Puedes comenzar a vivir de acuerdo con ella haciendo todas las cosas buenas hacia las que te sientes motivado, dando a estas cosas prioridad en tu vida por encima de las cosas superficiales que habitualmente ocupan las vidas humanas.
4. Simplifica tu vida para lograr que tu bienestar interior y tu bienestar exterior estén en armonía.
Las posesiones innecesarias son cargas innecesarias. Muchas vidas están recargadas no sólo de posesiones innecesarias, sino también de actividades sin sentido. Vidas recargadas son vidas inarmónicas y requieren simplificación. Los deseos y las necesidades pueden llegar a ser lo mismo en la vida del ser humano, y cuando eso ocurra, habrá un sentido de armonía entre el bienestar interior y el exterior. Tal armonía es necesaria no sólo en la vida individual sino también en la vida colectiva.
-- CUATRO PURIFICACIONES --
1. Purificación del templo del cuerpo.
¿Estás libre de todos los malos hábitos? ¿En tu dieta le das énfasis a los alimentos vitales: frutas, granos enteros, legumbres y nueces? ¿Te acuestas temprano y duermes lo suficiente? ¿Tienes bastante aire puro, sol, ejercicio y contacto con la naturaleza? Si puedes responder "sí" a todas estas preguntas, has andado un buen trecho hacia la purificación del templo del cuerpo.
2. Purificación de los pensamientos.
No es suficiente hacer y decir las cosas correctas: necesitas también pensar lo que es correcto. Los pensamientos positivos pueden tener influencias poderosas para el bien. Los pensamientos negativos pueden llegar a enfermarte físicamente. Asegúrate de que no existe ninguna situación conflictiva entre tú y algún otro ser humano, porque sólo cuando has cesado de albergar pensamientos hostiles lograrás la armonía interior.
3. Purificación de los deseos.
Ya que estás en este mundo con el fin de ponerte en armonía con las leyes que gobiernan la conducta humana y con tu parte en el esquema de las cosas, tus deseos deben enfocarse en esta dirección.
4. Purificación de las motivaciones.
Obviamente, tus motivaciones nunca deberán ser la codicia, o egoísmo o el deseo de autoglorificación. No deberías tener siquiera la motivación egoísta de lograr la paz interior para ti. El rendir servicio a tus congéneres debe ser tu motivación, antes de que tu vida pueda llegar a la armonía.
-- CUATRO RENUNCIAS --
1.Renuncia a la voluntad propia.
Tú tienes, o es como si tuvieras, dos yoes: el yo inferior, que generalmente te gobierna egoístamente, y el yo superior, que está presto a hacer de ti un glorioso instrumento. Debes subordinar el yo inferior, evitando hacer las cosas que no son buenas hacia las cuales te sientes motivado, no suprimiéndolas sino transformándolas, de manera que tu yo superior pueda tomar el control de tu vida.
2. Renuncia al sentimiento de separación.
Todos nosotros, en todo el mundo, somos células en el cuerpo de la humanidad.
No estás separado de tus congéneres y no puedes encontrar armonía para ti solo. Puedes encontrar armonía solamente cuando te percatas de la unidad del todo y trabajas por el bien de todos.
3. Renuncia a los apegos.
Sólo cuando has renunciado a todos los apegos puedes ser realmente libre.
Las cosas materiales están aquí para ser usadas, y cualquier cosa a la cual no puedas renunciar cuando haya rebasado su utilidad, te posee a ti. Sólo puedes vivir en armonía con tus semejantes si no sientes que los posees y, por tanto, no tratas de gobernar sus vidas.
4. Renuncia a todos los sentimientos negativos.
Trabaja por deshacerte de los sentimientos negativos. Si vives en el momento presente, que es realmente el único momento que tienes para vivir, tenderás a preocuparte menos. Si te das cuenta de que los que hacen acciones poco amables están psicológicamente enfermos, tus sentimientos de ira se convertirán en sentimientos de compasión. Si reconoces que todas tus heridas internas son causadas por tus propias acciones erróneas o tus propias reacciones equivocadas o tu propia inacción errónea, entonces dejarás de hacerte daño a ti mismo.
PENSAMIENTOS
Existe un criterio por el cual puedes juzgar si los pensamientos que tienes y las cosas que estás haciendo son correctos para ti. Ese criterio es: ¿Te han traído paz interior? Si no lo han hecho, algo anda mal -- así que sigue tratando.
A quienes se sienten deprimidos, yo les diría: trata de mantener tu ambiente lleno de música bella y lindas flores. Trata de leer y memorizar pensamientos inspiradores. Trata de hacer una lista de todas las cosas que posees por las cuales deberías estar agradecido. Si hay alguna cosa buena que siempre has querido hacer, comienza a hacerla. Hazte un horario de actividades significativas y atente a ese horario.
De todas las cosas que leas y de todas las personas que encuentres, toma lo que sea bueno, aquello que tu "Maestro Interior" te indique que es para ti, y deja lo demás. Si buscas dirección espiritual, o la verdad, es mucho mejor ir a la Fuente a través de tu propio "Maestro Interior" que buscarlo en personas o libros. Los libros y las personas pueden solamente inspirarte. A menos que despierten algo dentro de ti, no se ha logrado nada que valga la pena.
La vida espiritual es la verdadera vida; todo lo demás es ilusión y es falaz.
Sólo aquellos que están apegados a Dios únicamente, son verdaderamente libres. Sólo aquellos que viven de acuerdo a su más elevada luz tienen sus vidas en armonía. Aquellos que actúan basados en sus más elevadas motivaciones se convierten en un poder para el bien. No importa que otros sean afectados visiblemente. Nunca se debe buscar o desear resultados. Has de saber que toda cosa buena que hagas, cada buena palabra que digas, cada pensamiento positivo que albergues, tendrá un buen efecto.
Lo que se recibe desde afuera puede ser comparado con el conocimiento.
Lleva a un "creer", el cual raramente tiene suficiente fuerza para motivar a la acción. Lo que se recibe desde afuera y es confirmado desde dentro, o aquello que se percibe directamente desde dentro (que es mi modo), puede ser comparado con la sabiduría. Lleva a un saber, y la acción va paralelamente con él.
No puedes alejarte de ninguna situación, sin daño espiritual, a menos que te alejes con amor.
La violencia física puede terminar aún antes de que hayamos aprendido el camino del amor; pero la violencia psicológica continuará hasta que lo hayamos aprendido. Sólo paz externa puede lograrse a través de la ley. El camino hacia la paz interior es a través del amor.
Algunas veces las dificultades del cuerpo vienen a demostrarnos que el cuerpo es simplemente un ropaje transitorio, que lo real es esa esencia indestructible que activa al cuerpo.
Nada amenaza a aquellos que cumplen la voluntad de Dios, y la voluntad de Dios es amor y fe. Aquellos que sienten odio y temor están en desarmonía con la voluntad de Dios y están propensos a tener dificultades.
¡Siempre hay una manera de hacer el bien!
¡Por supuesto que confío en la Ley del Amor! Puesto que el universo opera de acuerdo a la Ley del Amor, ¿cómo podría yo confiar en otra cosa?
El juzgar a otros de nada te sirve y puede dañarte espiritualmente. Sólo cuando logres inspirar a otros a que se juzguen a sí mismos habrás hecho algo que vale la pena.
No puedes cambiar a nadie excepto a ti mismo. Después que llegues a ser un ejemplo, puedes inspirar a otros a que se cambien a sí mismos.
Tus motivaciones deben ser buenas si quieres que tu trabajo tenga un buen efecto.
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