Cuando cantamos Humee Hum reconocemos nuestra conciencia e ilimitada capacidad de ser. Al entonarse desde el centro del corazón (cuarto chakra, Anahata), lo estimula y abre hacia una nueva forma de relacionarnos.
Cuando vibramos Tumee Tum y proyectamos la esencia ilimitada de la otra persona –animal, ser vivo, aquello que aún no conocemos o está por manifestarse–, nos adentramos en una íntima relación con él, ella o ello. Atestiguamos y formamos parte de un tantra (energía psicofísica, de purificación material y sutil) del juego del Creador y su poder.
Con Wahe Guru multiplicamos infinitamente esta realidad. Esta afirmación nos lleva de la polaridad hacia la unicidad y la infinitud. La vibración producida por la sintaxis y su pronunciación crea sonidos que nos llevan a manifestar y decretar una relación más consciente con nuestra realidad, nuestro mundo, nuestros semejantes.
Al cantar I am Thine, in Mine, proyectamos nuestra conciencia y conectamos “mi” ser personal con el infinito –tú, tú-yo, yo-tú–; una conexión recíproca.
Cuando entonamos Myself nos hemos completado a través de esa conexión y le declaramos esta realidad a nuestro ser. La atestiguamos y afirmamos que somos claros, elevados, iluminados y reales. Entendemos que “Yo soy TuYo en mí”. Al conectarnos de esta manera, establecemos una conversación directa con el ser del infinito.
Finalmente, Wahe Guru confirma que la polaridad se ha trascendido. La realización y manifestación de “Reconoce que la otra persona eres tú” se ha aceptado (más allá de nuestras resistencias conscientes o inconscientes), el trabajo ha sido realizado y la transformación se dio a nivel sutil y de manera sencilla. Todo aquello que vive en nuestro interior y que existe allá afuera se une y se expande en Wahe Guru, el éxtasis de la infinita sabiduría que nos lleva de la oscuridad a la luz. El centro del corazón y la garganta (quinto chakra, Vishuda) se comunican. En el sonido he, el fluir del poder y la energía se perciben sutilmente en el punto del entrecejo (sexto chakra, Ajna) para completar la proyección.
Entonces, podemos actuar y hablar con el corazón y responder a través de la intuición, experimentar claridad mental, un sentido de propósito personal y vital. Establecemos una conexión con la otra u otras personas y con lo que es, su origen y manifestación. La unión –yoga– se ha logrado.
2. Abre este espacio sagrado entonando el Adi Mantra 3 veces: Ong Namo Guru Dev Namo, que significa: “Yo saludo a la sabiduría infinita, siempre creativa y de naturaleza divina que se manifiesta en toda la existencia y nos conecta con la cadena dorada de maestros y el maestro interior”.
3. Postura y mudra: continúa en postura fácil. Revisa que tengas la espina dorsal bien recta. Haz puño tu mano derecha, levanta el dedo índice (dedo de Júpiter, propicia la expansión, manifestación y proyección) de tal manera que apunte hacia el cielo. Coloca esta mano cerca de tu cuerpo a la altura de la garganta. Tu mano izquierda va extendida sobre el centro del pecho (cuarto chakra). Puedes hacer esta meditación en pareja colocándote espalda con espalda con tu compañera/o.
4. Enfoque: cierra tus párpados y enfoca tus ojos por dentro en el punto del entrecejo.
5. Patrón de respiración: inhala antes de comenzar. Después, deja que tu respiración se adapte al ritmo del mantra.
6. Mantra: Humee Hum, Tumee Tum, Wahe Guru; I am Thine in Mine, Myself, Wahe Guru. Cántalo junto con la grabación realizada por Mirabai Ceiba. Puedes acceder a ella aquí, o adquirir el mp3 en Spirit Voyage. Medita por 11 minutos. También experimenta cantarlo sin música y observa los efectos de la vibración en tu ser y tu entorno. Si eres principante, comienza con 3 minutos e incrementa poco a poco a 6, 9, hasta llegar a 11.
7. Cierra el espacio sagrado inhalando y exhalando largo y profundo. Observa los cambios; cómo te sientes, qué percibes. Junta tus manos al centro del pecho en mudra de oración. Inhala y entona dos veces “Que el eterno Sol te ilumine, el amor te rodee y la luz pura interior guíe tu camino”; en la segunda ronda repite dos veces más “guíe tu camino”. Finalmente inhala y canta tres Sat Nam largos. Abre los ojos y tu corazón; reconoce que la otra persona eres tú.
Sat Nam.
(Texto adaptado a partir de un texto del maestro Gurucharan Singh Khalsa)
Fuente: https://harmonia.la/
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