CUANDO
NOS CONVERTIMOS EN ESCLAVOS…
Aconteció en los albores del siglo
XXI, cuando no convertimos en esclavos…
Éramos
Seres felices a nuestro modo,
aquel nuestro modo, cuando era común vivir la vida, interactuando en
nuestro entorno familiar, en el entorno
de nuestro barrio, de nuestras calles, de nuestros pueblos, con la gente
que conocíamos. Teníamos la capacidad de soñar, de crear ilusiones, de que
nuestra mente se convirtiese en cada instante en un generador de mundos donde
nuestras fantasías se hacían cargo de diseñar el paisaje.
Solíamos disfrutar de niños
nuestros juguetes con un placer especial, y quizás mas aún esos juguetes
cobraban un sentido muy especial cuando nos los hacían nuestros padres con sus
manos, carritos, muñecas, cunas, pequeños
camiones artesanales o simplemente aquel viejo andador el aro con el alambre
que le daba empuje con el cual corríamos calle abajo, o nuestro monopatín.
Después, ya mas crecidos y
transitando por la adolescencia nuestro tránsito por la secundaria que nos
permitía interactuar con otros chicos, practicar deportes o simplemente
reunirnos a charlar en grupos, con una guitarra, con muchas sonrisas y porque
no también con una pena por una decepción de enamorados, de esos romances de
adolescentes.
Finalmente, cuando nos hicimos
adultos, cuando comenzamos con nuestro primer trabajo donde hicimos compañeros
de labores, cuando formamos nuestros hogares y cuando nació nuestro primer
hijo, todo, a su manera, tenía un especial encanto que se lo dábamos nosotros
mismos valiéndonos de nuestra poderosa imaginación y de una cuota de inocencia
quizás.
Engañados o no quizás, por preceptos
equivocados o no, tanto morales,
religiosos o políticos teníamos esa capacidad de ser libres, disponer de
nuestros tiempos para disfrutar de la naturaleza, de las diversiones y del
conocimiento que adquiríamos leyendo nuestros textos; teníamos esa capacidad de
tomar un trozo de papel y una pluma, y sentarnos a la sombra de un árbol o
refugiados en una habitación, y escribir lo que mas nos gustare, poemas,
historia, cuentos, ciencia o lo mas diversos temas o enfrascarnos en la lectura
de un libro.
Todo estaba contenido en un
espacio de nuestro espíritu y nuestra mente dominada por un toque de inocencia
y de instinto natural, todo era así… espontáneo. Pero llegó la década de los 90
y con ello comenzaron a hacer su aparición los primeros computadores, poco a
poco se fueron infiltrando silenciosamente entre las gentes, como el agua que
invade poco a poco las arenas de la playa, y esa humedad de silicones avanzaba
tomando grano a grano, Ser a Ser… ¡y
fuimos esclavos…! lograron infiltrarse
con una pasmosa habilidad que nos fue transformando en seres
robotizados, de algún modo fríos y
dependientes. Nos deslumbró su tecnología, sus posibilidades, su
magnificencia..! Fue un instrumento para
“expandirnos” intelectualmente y lo asumimos y lo hicimos nuestra prótesis
permanente sin darnos cuenta que estábamos encadenando nuestro espíritu a una
silla y a un instrumento. Fuimos absorbidos, deslumbrados y nuestra voluntad de
algún modo extraño y sofisticado, se vio
anulada. Comenzamos a dejar poco a poco de hacer aquellas cosas que hacían
volar nuestra imaginación, que activaban nuestros mecanismos mentales de
asociar ideas, por la facilidad que el computador nos brindaba, ya no era
necesario sumar dos mas dos, o realizar cálculos por que ella,… “la máquina maravillosa”
lo hacía todo. Así, nuestra mente, poco a poco y sin darnos cuenta se fue
saturando de imágenes digitales y de información, nuestro almacén de memoria,
nuestro cerebro, y paralelamente nuestro instinto iba siendo suprimido paso a
paso. Así fuimos invadidos, tomados por asalto sigilosamente. A la mayoría de
las personas se les fue “regalando”
felicidad virtual y solo algunos seres muy especiales hoy en día, entre
tantos que habitan este mundo virtual, consiguen sostener una felicidad real.
Son muy escasos aquellos seres que alcanzan una auténtica felicidad si logran
encontrar a su Alma Gemela y crear esa conjunción y ese espacio divino que les
mantiene unidos. Los demás… se cubren de una máscara de felicidad, de sonrisas
que solo duran un instante hasta que les choca la realidad, se intercambian
saludos, bromas, alabes, “amores virtuales” que duran lo que un suspiro, que
sucumben muchas veces con solo apagar ese computador o salir de ese Chat. Es
que todos buscan ese “Algo”
desesperadamente y tratan de abrir puertas tras puertas, en su continuo e
incesante buscar de su complemento, de esa mitad que les falta y les acucia.
El velo es muy denso y esa
pantalla de realidad que generamos en torno nuestro, donde se reflejan nuestros
deseos, nuestros anhelos, si no está acompañada de un profundo conocimiento de
nuestro Ser interior, de nuestro YO SOY,
solo nos mostrará imágenes que no se
corresponden con la verdad que busca nuestro Ser, y permanentemente estaremos
inducidos a equivocar el camino. Debemos aprender a conocernos interiormente
para poder lograr nuestros objetivos, para poder encontrar el amor verdadero y
la pureza allí donde esté esperándonos. No basta con encontrar quien nos diga
que somos hermosos, que somos una gran persona, que somos atractivos,
románticos y dulces y que quizás nos mire con deseo, podremos encontrar
muchísimos de ellos por esta humanidad. Recuerda que ellos o ellas, te dirán lo
que tu mente racional y tu Ego desean escuchar, no te estarán dando lo que tu
espíritu necesita verdaderamente… conjunción, complemento, comprensión y amor
incondicional.
Sucede que a veces quizás,
nuestro amor propio o nuestro orgullo, no nos permite aceptar muchísimas cosas
que aparentemente nos condicionan, nos sentimos quizás manejados, moldeados o
encasillados. Pero esto, no siempre es así. Cuando se cumple el principio de
compatibilidad espiritual, esas cosas significan una enseñanza para nuestro
Ser, y son como lo rieles invisibles de una vía que en realidad nos están
canalizando hacia el camino correcto. Es muy fácil confundir las enseñanzas que
nos entrega el Universo de formas misteriosas, porque no hemos adquirido la
capacidad de conocernos y encontrar nuestro centro de equilibrio. Debemos
buscar la verdadera esencia de lo que se nos cruza en la vida y saber discernir
con el corazón sus vibraciones.
Y así hemos transcurrido estos
últimos tiempos, atrapados al tiempo, atados a una falsa realidad virtual llena
de trampas, condicionados por la realidad que se nos impuso muchas veces y que
nos ha tocado vivir de la cual nos cuesta muchísimo escapar, son cadenas
verdaderamente muy pesadas, que solo la fuerza del espíritu, de nuestro YO SOY
logra romper cuando encontramos el punto de equilibrio en nuestro Ser crístico.
Cada uno de nosotros tenemos una
misión en nuestra existencia en esta realidad, y ella es la de conocernos y
mimetizarnos con la esencia de la Tierra, del hogar que se nos dio para
habitar, cuidarla, protegerla porque ella es nuestra madre y a ella nos
debemos. Debemos irradiar el amor Universal para que generemos una misma
realidad de armonía para todos los seres humanos y para el planeta. Debemos de
tratar de amar a nuestros semejantes con el corazón y no seducir, engañar porque esas son
características que nos impone nuestro Ego. No estamos haciendo una buena
acción si estamos tratando de “enamorar” o “deslumbrar” a los demás con falsos
adjetivos o falsas esperanzas, no hay que
darle a los demás lo que nosotros no queremos para nosotros mismos,
debemos pensar con el corazón y ser puros, auténticos, y sobre todo ser buenos
Seres humanos, sintiendo un profundo respeto por nuestro semejantes. No es
correcto usar nuestra soledad y la necesidad que ello nos genere, para salir a
“pescar almas” con frases altisonantes, para ver cual cae en el anzuelo de la
seducción, desprotegidos por sus propias carencias. Solo causaremos un daño que
tendrá consecuencias muchas veces irreversibles en el corazón de aquella
persona a quien engañamos, con desenlaces muchas veces
trágicos, cuando lo que logramos es solo hundirlo aun más en su soledad y su
frustración.
El amor Universal nos une en una
masa crítica de luz que nos abre el camino a la iluminación, y nos permitirá
alcanzar las dimensiones mas altas de donde nuestro espíritu proviene, somos parte
de un TODO de un Creador y de este Universo que nos contiene y amando con el
corazón todos estaremos mas cerca del CENTRO de nuestro PADRE/MADRE.
Gracias por haber llegado hasta
aquí, se sentirán más cerca de la verdad…
D.
de S.
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