A veces, fallar en el intento y volver a intentarlo, porque en este mundo, esta densidad, los tropiezos del que camina, por más iluminado que se sienta, también se dan y han de ser enseñanza y empuje para levantarse y seguir caminando.
Aprendí de Juan Salvador Gaviota la espiritualidad, su empeño y su lucha. Me enseñó mucho y fue reconfortante descubrir a esa pequeña gaviota que no se rindió y lucho con tesón para llegar a la meta que se había fijado.
Para mí, este libro es una ENSEÑANZA DE VIDA
Carmen
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