Tengamos presente que, cualquier estado de consciencia que deseemos adoptar, ya sea este de carácter elevado como por ejemplo de felicidad interior, de paz en el ser, de amor puro en el corazón o, por el contrario, sea que nos dejemos embargar por un estado de consciencia de confusión o de debilidad (ejemplo vicios), siempre este estado de consciencia, sea positivo o negativo, estará en concomitancia con el nivel de calidad que mantengamos en nuestros propios pensamientos.
Si comprendemos la importancia vital que reviste la calidad en nuestros pensamientos, tenemos la oportunidad de darnos cuenta y evitar, idealmente a tiempo, los pensamientos que son débiles o inútiles.
O, en su defecto, al menos optar por la oportunidad única y valiosa de transformarlos, cuando estos ya se han instalado en nuestra mente.
Reconozcamos nuestra íntima realidad espiritual, que somos seres humanos con recursos de calidad en su interior; y además, con la responsabilidad personal que debemos siempre estar abiertos y atentos para usarlos.
No necesitamos aceptar falsos apoyos desde el exterior; como serían en tal caso: de un nombre, de fama y elogio. Somos lo que somos, definitivamente ¡por lo que hay dentro de nosotros! Nuestro punto de referencia está en lo que hay de eterno y valioso en nuestro propio ser interno.
Precisamos propiciar el silencio en nuestro ser interior, como también desarrollar una perspectiva positiva. Y entonces, es cuando nos damos cuenta de la importancia de crear en nuestra vida cotidiana, espacios razonables para estar en ese silencio y quietud.
Y, como consecuencia, uno de los mayores logros, está en percibir claramente cómo nuestra positividad hacia el ser y hacia la vida se reexamina y se renueva constantemente.
Las amenazas y presiones exteriores de la vida en el mundo actual, solo nos deben servir para que nos impulsen a aprender y practicar el romper las cadenas del miedo. Esas “engañosas” cadenas que, aunque a veces pueden ser incluso de oro, nos atan e impiden progresar espiritual e interiormente.
De Brahma Kumaris, por Carlos A.S.
FUENTE: brahmakumaris.cl
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