Los gemoterapeutas no recetan para cada paciente una sola piedra, sino que las cambian según los síntomas que se van presentando y la evolución de los mismos. A veces indican una gema en determinado punto del organismo o varias de ellas al mismo tiempo, acompañadas de una dieta adecuada y ejercicios respiratorios para una mejor relajación.
Pero lo más importante del tratamiento es que actúa directamente sobre nuestro campo energético, no tratando únicamente el síntoma, sino combatiendo la enfermedad desde la raíz. De este modo, tratando la causa del malestar y no su simple manifestación física, la salud, el estado de ánimo y también nuestra apariencia externa mejorarán visiblemente en horas.
Busque a continuación en esta lista la piedra que combatirá su mal. Llévela con usted la mayor cantidad de tiempo posible, preferentemente en contacto con la piel (con cinta adhesiva logrará adherir piedras pequeñas en su cuerpo).
Diariamente lave su gema con agua salada y expóngala al sol para que se energice. Si la expone al sol dentro de un vaso de agua mineral, lo beneficiará beber también el líquido. Recuerde además que las gemas sin pulir tienen la misma energía que las pulidas y son muchísimo más económicas, aunque existen pocos comercios especializados que las vendan.
Sin embargo, si las adquiere pulidas, elija redondas para la fertilidad; cuadradas cuando el objetivo es mejorar problemas físicos; ovales cuando se busca multiplicar la creatividad y triangulares si se requiere protección.
A cada síntoma, una solución
•Aislamiento: Topacio o rutilo.
•Amistades: Cuando se carece de las mismas, ojo de gato, perla o malaquita.
•Angustia: Rubí, ámbar y obsidiana por conflictos afectivos. Malaquita cuando existe una sensación de vacío en el estómago.
•Cambios: Para asimilarlos, perla, rutilo, diamante o amatista.
•Celos: Los generales se los combate con coral y los de pareja con turmalina, ágata o zafiro.
•Ciclotimia: Para la euforia perla, ámbar y zafiro. Coral, rubí o amatista contra la depresión.
•Circulación sanguínea: Granate y rubí.
•Complejos: Ágata contra los de superioridad y rutilo, ámbar o zafiro contra los de inferioridad.
•Comunicación: Lapislázuli y turquesa la activan.
•Concentración: Esmeralda, amatista o cristal de roca.
•Contradicciones: Se resuelven con ámbar, turmalina o topacio.
•Creatividad: Aumenta con la amatista.
•Culpas: El rutilo o la obsidiana las eliminan.
•Depresión: Con ágata, coral o cristal de roca. Obsidiana o coral en las crisis profundas. Amatista, ojo de gato o rutilo cuando no se puede expresar el sufrimiento.
•Digestión y problemas estomacales: Ágata
•Dolor de muelas: Jade y ámbar.
•Fiebre: Lapislázuli, turquesa o apatita.
•Fracasos: Turmalina o coral nos permiten superarlos.
•Inconstancia: Cuando flaquea la voluntad, ojo de gato y malaquita al tratarse de inconstancia emocional.
•Insomnio: Zafiro o zircón.
•Intoxicación: Coral cuando es del aparato digestivo; amatista por picaduras; la sanguínea se combate con obsidiana, granate o rubí.
•Irritabilidad: El aguamarina y el cuarzo rosa tranquilizan.
•Menstruación: Granate cuando existen irregularidades o molestias.
•Miedo: A la oscuridad, las agresiones y las tormentas con cristal de roca o coral. A perder el control con malaquita u obsidiana. Ámbar, perla u obsidiana cuando las causas son indefinidas.
•Problemas afectivos: Cuarzo rosa contra penas de amor.
•Pérdida de memoria: Ámbar. Represión: Se la supera con topacio, perla o rubí.
•Rupturas: Perla, ámbar o coral suavizan el dolor.
•Sensibilidad extrema: Topacio o coral.
•Sexualidad: El granate estimula, la perla tranquiliza, la turmalina mejora la comunicación y con el rubí o la obsidiana se vence la inseguridad.
•Shoks: Rutilo, malaquita, ónix y obsidiana para vencer sus efectos.
•Sistema respiratorio: Lapislázuli y malaquita.
•Timidez: El aguamarina permite revertiría
•Vitalidad: Se recuperan con granate, rubí y ojo de gato.
•Voluntad: Rubí o turmalina cuando se carece de ella.
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