NAMASTÉ



"Yo honro el lugar dentro de ti donde el Universo entero reside. Yo honro el lugar dentro de ti de amor y luz, de verdad, y paz. Yo honro el lugar dentro de ti donde cuando tú estás en ese punto tuyo, y yo estoy en ese punto mío, somos sólo Uno."


Un día me levanté y ví que algo había cambiado a mi alrededor, en mi. Me inundaba una serena sensación de Paz y Amor por todo lo creado. Una simple florecilla me parecía entonces lo más hermoso y más grande en su perfección. La sonrisa de un niño, las lágrimas de un anciano... Mirarme a mi misma en el espejo... El mundo en sí parecía tener colores de recién pintado.

Al principio, yo no entendía a que podía deberse aquel cambio que sólo yo parecía ver. Nadie a mi alrededor parecía ser consciente de que todo a su lado brillaba de otra manera excepto yo. Llegue incluso a pensar si no estaría volviéndome loca, pero no. Simplemente había tomado conciencia de quien soy.

Poco a poco, al principio con paso inseguro y un tanto sola, fui iniciando mi camino. Buscaba a ciegas información en los sitios mas insospechados. Era como si una voz interior me guiase. (No puedo dejar de sonreír ante este comentario: "una voz interior".) Lejos estaba entonces de saber que era precisamente eso lo que me impulsaba a seguir.

Pronto comencé a conocer a gente que se encontraban en mi misma situación. Pronto comenzaron a aparecer en mi vida personas, Almas de Luz, que me fueron guiando, ayudando, consolando cuando tropezaba y caía y empujándome cuando parecía que iba a desistir en mi labor.

Comprendí que significaba haber DESPERTADO. Comprendí la tarea que tenía por delante para llevar a buen puerto la misión que se me encomendó. Aprendí lo ya sabido de nuevo, como si fuera de nuevo un bebe recién nacido. Viaje en mis sueños a las ciudades de sanación.

Ahora sé que soy Amor porque provengo del AMOR del PADRE y que como tal, estoy para difundir ese mismo Amor por todo lo que ÉL creó. Que mi meta está en ir evolucionando hacía la perfección y en ayudar a aquellos de nuestros hermanos que comiencen su caminar como un día fui ayudada yo.


*********


Por todo esto puedo y debo deciros:


Yo soy Drisana, la hija del Sol.


Ese es el significado de mi nombre, al menos el nombre más antiguo que recuerdo haber tenido en esta dimensión desde la primera vez que encarne en mi amada Lemuria.


En este aquí y ahora he vuelto de renacer, he despertado a la verdad y he recordado. Me he reconocido en cada un@ de mis herman@s. He reaprendido a amar al Padre-Madre y a toda su Sagrada y Divina Creación.


Y he sentido el llamado ancestral que anclado en lo más profundo de mi Esencia, me empuja a ayudar e iluminar desde la humildad de mi Ser y como persona humana, al resto de mis herman@s que ya están despertando.


Es tiempo de volver a Ser aquello que tan profundamente duerme dentro de nosotr@s. Tiempo de abrir los ojos del Alma, de avivar la llama imperecedera del AMOR Incondicional que se guarda en la cámara mas secreta de nuestros corazones. Tiempo de reconocer nuestra parte Divina. Tiempo de entender que como parte de la más Pura Luz del PADRE, tenemos un trabajo que hacer, una misión que cumplir.


Es tiempo de regresar al Hogar.


¡Despertar!


Llegó la hora de volver a ser Unidad con el UNO y de brillar con su Infinita Luz.


Desde la LUZ y con el AMOR más puro y profundo, os pido que repitáis conmigo:


YO SOY el/la que YO SOY y como tal me manifiesto en la Serena Paz, la Pura Luz y el Infinito Amor Incondicional del PADRE-MADRE.


YO SOY el/la que YO SOY



Que la LUZ del PADRE ilumine siempre nuestros corazones y junto con sus Ángeles y Arcángeles, seamos dignos y capaces de llegar al mismo centro de SU corazón,


La Paz y el Amor con nosotros.


Drisana

miércoles, 31 de enero de 2018

LOS 14 PRINCIPIOS PARA LA VIDA, por Thich Nhat Hanh


LOS 14 PRINCIPIOS PARA LA VIDA,
por Thich Nhat Hanh

Detrás de este nombre impronunciable se esconde un gran sabio y uno de los maestros zen vivos más importantes. Thich Nhat Hanh nació en Vietnam en 1926, es monje budista desde hace más de cuatro décadas, activista por la Paz y nominado por ello para el Premio Nobel. 

Vive en Francia desde 1972 en una una comunidad de enseñanza budista, Plum Village, que está cerca de Burdeos aunque él viaja constantemente por el mundo dando conferencias y ayudando a los refugiados

Entre sus enseñanzas destaca la necesidad de transmitir a la acción cotidiana y social una intención profunda de amor surgida desde una atención consciente. 

Estos son sus 14 principios para la Vida que tratan temas como estar abierto de mente, la compasión, los objetivos en la vida, las palabras que salen de nuestra boca, el cuidado de nuestro cuerpo o la responsabilidad sexual.

Son 14 preceptos muy valiosos a tener en cuenta que él mismo reconoce que no los cumple todos a la perfección pero que nos deben servir de meta e ideal a seguir porque “ninguna palabra puede reemplazar a la práctica sólo la práctica puede hacer a las palabras”.

LOS 14 PRINCIPIOS DE VIDA

1. No seas idólatra ni te ates a ninguna doctrina, teoría o ideología, incluso las budistas. Todos los sistemas de pensamiento son guías, no son la verdad absoluta.

2. No creas que el conocimiento que tienes ahora es absoluto, inmutable. Evita ser de mentalidad estrecha y atarte a los puntos de vista presentes. Aprende y practica el desapego de tus puntos de vista para estar abierto a recibir los puntos de vista de los demás. La verdad se encuentra en y no en el conocimiento conceptual. Preparate para aprender a través de todo, a observar en tí mismo y en el mundo en todo momento.

3. No fuerces a los demás, ni siquiera a los niños, por ningún medio en absoluto, a adoptar tus puntos de vista, ya sea por autoridad, amenaza, dinero, propaganda o incluso educación. Sin embargo, por medio del diálogo compasivo, ayuda a los demás a renunciar al fanatismo y a la estrechez.

4. No evites el contacto ni cierres tus ojos al sufrimiento. No pierdas la conciencia de la existencia del sufrimiento en la vida y del mundo. Encuentra maneras de estar con aquellos que sufren por todos los medios. Incluyendo el contacto personal y las visitas, imágenes y sonido. Por tales medios despierta en ti mismo y en los demás la realidad del sufrimiento en el mundo.

5. No acumules riquezas mientras millones están hambrientos. No tomes como objetivo de tu vida la fama, el provecho, la riqueza o el placer sensual. Vive simplemente y comparte el tiempo, la energía y los recursos materiales con los que estén en necesidad.

6. No mantengas ira u odio. Tan pronto como surjan la ira o el odio practica la meditación sobre la compasión para comprender profundamente a las personas que han causado ira u odio. Aprende a ver a los otros seres con los ojos de la compasión.

7. No te pierdas en la dispersión ni en el ambiente que te rodea. Aprende a practicar la respiración para recuperar la compostura del cuerpo y de la mente, para practicar la atención, y para desarrollar la concentración y la comprensión.

8. No pronuncies palabras que puedan crear discordia y causar ruptura en la comunidad. Haz todos los esfuerzos para reconciliar y resolver todos los conflictos, aunque sean pequeños.

9. No digas cosas falsas por interés personal o para impresionar a los demás. No pronuncies palabras que causen desviación u odio. No difundas noticias que no sabes que no son ciertas. No critiques ni condenes cosas de las que no estás seguro. Habla siempre verdadera y constructivamente. Ten el valor de hablar sobre situaciones de injusticia, aún cuando hacerlo pueda amenazar tu propia seguridad.

10. No uses a la comunidad budista para ganancia o provecho personal, no transformes tu comunidad en un partido político. Una comunidad religiosa debe, sin embargo, tomar una actitud clara contra la opresión y la injusticia, y debe esforzarse por cambiar la situación sin engancharse en conflictos partidarios.

11. No vivas con una vocación que sea dañina para los humanos y la naturaleza. No inviertas en compañías que priven a los demás su oportunidad de vivir. Elige una vocación que te ayude a realizar tu ideal de compasión.

12. No mates. No permitas que otros maten. Encuentra todos los medios posibles para proteger la vida y prevenir la guerra.

13. No poseas nada que debería pertenecer a los demás. Respeta la propiedad de los demás pero evita que los demás se enriquezcan con el sufrimiento humano o el sufrimiento de otros seres.

14. No maltrates a tu cuerpo. Aprende a manejarlo con respeto. No veas a tu cuerpo simplemente como un instrumento. Preserva las energías vitales (sexual, respiración, espíritu) para la realización del camino. La expresión sexual no debería ocurrir sin amor y compromiso. En las relaciones sexuales, sé consciente del sufrimiento futuro que pueda causarse. Para preservar la felicidad de los demás, respeta los derechos y compromisos de los demás.Sé plenamente consciente de la responsabilidad de traer nuevas vidas al mundo. 


Medita sobre el mundo al que estás trayendo nuevos seres.



Thich Nhat Hanh

lunes, 29 de enero de 2018

VIVIR EN LA CRÍTICA Y EL JUICIO, por ©Júlia García


VIVIR EN LA CRÍTICA Y EL JUICIO
por ©Júlia García

No es más feliz el que juzga y critica sino el que acepta y tolera.

No hace falta ni tan siquiera comprender, solo aceptar.

Alguien preguntó ¿Por qué mi vida es tan gris? ¿Por qué sufro tanto? ¿Por qué me siento injustamente tratada por la vida? ¿Por qué Dios no me ayuda?

Alguien contestó: ¿Cómo son tus pensamientos? ¿Qué piensas de ti? ¿Qué concepto tienes de los demás? ¿Vives la vida como quieres y sientes, o lo haces según crees que debes vivirla? ¿Qué condiciones te has impuesto para ser feliz? ¿Crees que la felicidad tiene un precio?

Muchas veces las respuestas vienen en forma de más preguntas, que nosotros siempre podemos responder.

Vivir continuamente en la crítica y en el juicio nos lleva directamente a la vida gris y al sufrimiento. Siempre tendemos a criticar la actitud ajena por no ser como la nuestra, pero también nos autocriticamos por no haber hecho las cosas como otros querían. Juzgamos a personas,  estilos de vida,  países, pensamientos, ideas…hasta juzgamos a Dios, creemos que no es perfecto y que nos debe explicaciones a las dificultades de nuestras vidas. Aunque pensemos que culpando a los demás, incluso a Dios, nos liberamos de nuestra  responsabilidad en la vida, estamos equivocados, porque quien juzga al prójimo o a Dios, se juzga a sí mismo.

No podemos comprenderlo todo desde nuestra mente limitada, debemos ampliar nuestra capacidad de comprensión desde nuestro corazón, aceptando que estar en esa constante actitud  de crítica y  juicio nos debilita y que no nos conduce hacia nuestros deseos, ni a vivir en la paz que todos nos merecemos, y que Dios, ese Ser al que juzgamos o negamos, quiere que sintamos. Si queremos ser felices tendremos que ser flexibles, no endurecer nuestro pensamiento hasta convertirnos en piedras ásperas y grises. La verdadera fortaleza se encuentra en la flexibilidad. Hay que seleccionar los pensamientos, no luchando contra ellos sino aceptando que circulan por nuestra mente y que los podemos reconocer y dejarlos pasar, para que su lugar lo ocupen pensamientos de aceptación y tolerancia, libres de condiciones, pudiendo así, vivir en constante amor.

No es más feliz el que juzga y critica sino el que acepta y tolera.

No hace falta ni tan siquiera comprender, solo aceptar.


©Júlia García. 

Se concede permiso para compartir, citando la autora y el sitio web:    
https://unashorasdeluz.wordpress.com/
https://www.facebook.com/Unas-horas-de-Luz-

viernes, 26 de enero de 2018

“MANOS ABIERTAS”


“MANOS ABIERTAS”

Un día un chico de trece años paseaba por la playa con su madre. Hubo un momento en que la miró con insistencia y le preguntó:

– Mamá, ¿qué puedo hacer para conservar un amigo que he tenido mucha suerte de encontrar?

   La madre pensó unos momentos, se inclinó y recogió arena con sus dos manos. Con las dos palmas abiertas hacia arriba, apretó una de ellas con fuerza. La arena se escapó entre los dedos. Y cuanto más apretaba el puño, más arena se escapaba. En cambio, la otra mano permanecía bien abierta: allí se quedó intacta la arena que había recogido.

   El chico observó maravillado el ejemplo de la madre entendiendo que, sólo con abertura y libertad, se puede mantener una amistad, y que el hecho de intentar retenerla o encerrarla, significaba perderla.


J.Soler y M.M. Conangla


Fuente: http://www.recicladas.com.ar/

jueves, 25 de enero de 2018

¡SOY LA LUZ! (Cuento para el alma) - Por Neale Donald Walsh, de sus libros: “Conversaciones con Dios” - (Contiene link donde poder leer on line la trilogía de Conversaciones con Dios)


¡SOY LA LUZ!
(Cuento para el alma)
Por Neale Donald Walsh, de sus libros: “Conversaciones con Dios”
(Contiene link donde poder leer on line la trilogía de Conversaciones con Dios)



...¡Ya sé quien soy!

Y Dios le contestó:¡Maravilloso! ¿Quién eres?

La pequeña alma contestó a toda voz: ¡Soy la luz!

Dios sonrió ampliamente: Así es —exclamó. Tú eres la Luz.

La pequeña alma estaba feliz, porque había comprendido lo que todas las almas del reino trataban de entender. ¡Hurra! ¡Esto es fantástico!. Pero poco después ya no le bastó con saber quién era.

Sentía cierta inquietud en su interior, porque quería ser lo que era.

Así, la pequeña alma volvió a hablar con Dios (lo cual no es mala idea para todas las almas que quieren ser Quienes Son realmente), para comunicarle sus ideas:

¡Hola, Dios! Ahora que ya Sé quien soy, ¿es bueno serlo?

Dios respondió: ¿Quieres decir que deseas ser Quien Ya Eres?

Pues… verás. Una cosa es saber Quien soy, y otra muy distinta es serlo realmente. Quiero sentir cómo es ser la luz.

Pero si ya eres la luz — Repitió Dios, sonriendo otra vez.

¡Si, pero quiero saber cómo se siente serlo! —exclamó la pequeña alma.

Creo que debí imaginármelo —repuso Dios, riendo Tú siempre has sido la más aventurera. Y, tras un instante, la expresión de Dios cambió. Pero hay una cuestión.

¿Qué es? preguntó la almita…

Que no existe otra cosa además de la Luz. No creé otra cosa que lo que tú misma eres. Así, no hay un modo sencillo para que experimentes Quién eres, puesto que no hay nada que no seas.

¿Cómo? —repuso la Pequeña Alma inocente, estaba un poco confundida. Piénsalo de este modo. Eres como una vela en el sol.  Ya estás allá, junto con millones y megamillones de otras velas que forman el sol.

Y el sol no podría serlo sin ti, porque le faltaría una de sus velas, y así no podría brillar tanto.

Pero saber que eres la Luz estando dentro de la Luz… ese es el problema. Tú eres Dios, ¡ya se te ocurrirá algo!

Dios volvió a sonreír: Ya pensé en algo. Puesto que no puedes sentirte la Luz al estar en ella, te rodearé de oscuridad.

¿Qué es la oscuridad? Es aquello que tú no eres.¿Tendré miedo de la oscuridad? —gimió la almita.

Sólo si así lo quieres —respondió Dios. A decir verdad, no hay nada que temer, a menos que así lo decidas. Nosotros inventamos todo eso. Fingimos.

¡Ah! —exclamó la pequeña alma, que ya se estaba sintiendo mejor.

Entonces Dios explicó que, para poder experimentar cualquier cosa, se requiere de su opuesto. Ese es un gran don, porque sin el no podrías conocer como es todo lo demás. No podrías saber qué es lo caliente sin lo frío, el arriba sin el abajo, lo rápido sin lo lento. No podrías saber qué es la izquierda sin la derecha, el acá sin el allá, el ahora sin el después. Y así —concluyó Dios, al verte envuelta en la oscuridad, no cierres el puño ni alces la voz para maldecirla.

Más bien, sé Luz entre las tinieblas, y no te enojes por ello. De ese modo sabrás Quién Eres Realmente, y también los demás lo sabrán. Permite que tu luz brille para que todos sepan que eres alguien muy especial.

¿Quieres decir que está bien que los demás sepan que soy alguien muy especial? — inquirió la Pequeña Alma.

¡Por supuesto! — rió Dios, ¡Esta muy bien!. Pero recuerda que “especial” no quiere decir “mejor”. Todos son especiales, cada uno a su modo. Pero hay muchos que no lo recuerdan. Entenderán que está bien que sean especiales sólo cuando tú mismo sepas que está bien ser especial.

¡Fantástico! — exclamó la almita, quien bailaba, reía y daba saltos de felicidad. ¡Puedo ser todo lo especial que quiera!

Sí, y puedes serlo a partir de ahora mismo — agregó Dios, quien bailaba y saltaba y reía con la pequeña Alma. ¿Qué parte de lo especial quieres ser?

¿Qué parte de lo especial? No te entiendo.

Verás… — le explicó Dios: Ser la Luz es ser especial, y eso esta hecho de muchas partes.
Ser generoso es ser especial.
Ser amable es ser especial.
Ser creativo es ser especial.
Ser paciente es ser especial.

¿Se te ocurren otros modos de ser especial?

La Pequeña Alma quedó en silencio por un instante:¡Se me ocurren muchas formas de ser especial! — Exclamó luego. Es especial ayudar a los demás. Es especial compartir. Y ser amistoso también es ser especial. ¡Ser considerado con los demás es ser especial!

¡Así es! —concordó Dios. Y tú puedes ser todas esas cosas, o cualquier otra parte de lo especial que desees ser, en cualquier momento. Eso significa ser la Luz.

¡Ya se lo que quiero ser! —anunció la Pequeña Alma, muy emocionada. Quiero ser la parte de lo especial llamada “perdonar”. ¿No es especial perdonar?

Oh, sí —aseguro Dios. Eso es muy especial.

Entonces, eso quiero ser. Quiero perdonar. Quiero experimentarme a mí misma de ese modo.

Bien —dijo Dios. Pero hay algo que debes saber.

La Pequeña Alma comenzaba a impacientarse. Parecía que siempre había complicaciones.

¿De qué se trata? —suspiró.

No hay nadie a quien perdonar.

¿Nadie? La Pequeña Alma apenas podía creer lo que estaba oyendo.

¡Nadie! —repitió Dios. Todo cuanto hice es perfecto. No hay una sola alma en toda la creación que sea menos perfecta que tú. Mira a tu alrededor.

Entonces la Pequeña Alma se dio cuenta de que se había reunido una gran multitud. De todo largo y ancho, de todos los rincones del Reino, habían venido almas, porque se había corrido la voz de que la Pequeña Alma sostenía una extraordinaria conversación con Dios, y todos querían oír lo que decían.

Viendo a las incontables almas reunidas, la almita tuvo que coincidir: nadie parecía ser menos maravilloso, menos magnifico o menos perfecto que ella misma. Tal era el esplendor de las almas reunidas y tan brillante era su Luz, que la Pequeña Alma apenas podía sostener su mirada.

¿A quién perdonar entonces? —preguntó Dios.

¡Oh, creo que esto será muy aburrido! — gruñó la almita. Quería experimentarme como El que Perdona. Quería saber como es esa parte de lo especial.

Y, así, supo como es estar triste. Pero entonces un Alma amistosa salió de entre la multitud:

No te preocupes Pequeña —le dijo. Yo te ayudaré.

¿De verdad? —replicó, con el rostro iluminado. ¿Pero que puedes hacer?

Puedo darte a alguien para que lo perdones.

¿Puedes?

¡Desde luego! —canturreó el Alma amistosa. Puedo ir a tu siguiente vida y hacer algo para que lo perdones.

Pero… ¿Por qué habrías de hacerlo? —preguntó la Pequeña Alma. Tú que eres un Ser de tan absoluta perfección. Tú que vibras con gran rapidez creando una luz tan brillante que apenas puedo verla.
¿Qué podría hacer que frenaras tu vibración hasta que tu luz se hiciera oscura y densa?

¿Qué podrías hacer tú, que eres tan ligera como para bailar en las estrellas y desplazarte por el Reino a la velocidad del pensamiento, que entraras a mi vida y te volvieras pesada como para hacer una cosa tan mala?

Es muy fácil —repuso el Alma Amistosa. Lo haría porque te amo.

A la Pequeña Alma le sorprendió la respuesta.

No te asombres — le dijo el Alma Amistosa. Tú hiciste lo mismo por mí. ¿No lo recuerdas? Hemos bailado juntas muchas veces, por eones y eras. Durante todos los tiempos y en muchos lugares hemos jugado juntas. Simplemente no lo recuerdas. Ambas hemos sido todas las cosas. Ya fuimos el Arriba y el Abajo, la Izquierda y la Derecha. Fuimos el Acá y el Allá, el Ahora y el Después, Fuimos lo Masculino y lo Femenino, lo Bueno y lo Malo. Tu y yo Fuimos la víctima y el villano.

Así, nos hemos reunido muchas veces, la una dando a la otra la oportunidad exacta y perfecta para expresar y experimentar Quiénes Somos Realmente.

De ese modo —añadió el Alma Amistosa, llegaré a tu próxima vida y seré el “malo”. Haré algo realmente terrible, y entonces podrás experimentarte como El Que Perdona.

¿Qué harás? —preguntó la Pequeña Alma, un poco nerviosa. ¿Que puede ser tan terrible?

Oh, ya pensaremos en algo —replicó el Alma amistosa, con un guiño. Segundos después, pareció tornarse muy seria y murmuro: Tienes razón en algo.

¿En qué? —quiso saber la almita.

Tendré que frenar mi vibración y hacerme muy pesada para hacer ese algo no tan bueno, Fingiré que soy alguien muy distinto a quien realmente soy. Por eso te pediré un favor a cambio.

¡Si, lo que quieras — exclamó la Pequeña Alma y comenzó a cantar y bailar, Podré perdonar, podré perdonar! Pero notó que el Alma Amistosa seguía muy callada.

¿Qué quieres? —le preguntó. ¿Qué puedo hacer por ti?

¡Eres todo un ángel por estar dispuesta a hacer tal cosa por mí!

¡Claro que el Alma Amistosa es un ángel! —interrumpió Dios ¡Todos lo son! Siempre recuerda eso que sólo ángeles envío.

Y así, la Pequeña Alma quiso más que nunca satisfacer la petición del Alma amistosa: ¿Qué puedo hacer por ti? —volvió a preguntar.

En el momento que te golpee y te despedace —repuso el Alma Amistosa. Cuando te haga lo peor que pudieras imaginarte, en ese mismo instante…

¿Que? —interrumpió la Pequeña Alma. ¿Qué…?

El Alma amistosa está aún más seria: Recuerda quien soy realmente.

¡Si, así será! —exclamó el Alma Inocente. ¡Te lo prometo! Siempre te recordaré tal y como te veo aquí y ahora.

Muy bien —repuso el Alma Amistosa, porque pondré tanto empeño en fingir, que olvidaré quien soy. Y si tú no me recuerdas como soy realmente, no podré acordarme durante mucho tiempo. Y si olvido quién soy, incluso tú olvidarás Quién Eres, y las dos estaremos perdidas. Entonces necesitaremos que venga otra alma para que nos recuerde a Ambas Quiénes Somos.

¡No, no será así! —prometió otra vez la Pequeña alma. ¡Te recordaré! Y te agradeceré por darme ese don, la oportunidad de experimentarme como Quien Soy.

Así acordaron, y La Pequeña Alma fue hacia una nueva vida, emocionada por ser la Luz, que era muy especial, y por ser esa parte de lo especial que se llama Perdonar.

Y esperó ansiosamente poder experimentarse como Perdón y agradecer lo que hiciera la otra alma para que fuera posible.

En todo momento de esta vida, cada vez que apareció en escena una nueva alma, ya fuera que trajese felicidad o pesar (y especialmente si traía pesar), la Pequeña Alma pensó en lo que Dios le dijo.

“Siempre recuerda que no envío mas que ángeles”...


*Texto extraído del libro “Conversaciones con Dios”, de Neale Donald Walsh

**Conversaciones con Dios, es una trilogía de libros espirituales escritos por Neale Donald Walsh. De manera sencilla y personal, el autornos va mostrando ideas para responder a nuestras inquietudes. Aquí os dejo el link de una pagina donde podréis leer on line los tres libros:


Espero sean de vuestro agrado

miércoles, 24 de enero de 2018

Who is Deéelij? ¿Quién es Deéelij?


Algunas personas me han preguntado quien es Deéelij, otros me decís que Deéelij es Emilio Carrillo, así que, aquí os traigo algo a modo de aclaración que el mismo Emilio Carrillo subió a su blog y ya sabéis, no leáis solamente, pensar, meditar, mirar en vuestro interior, sentir como os vibra lo que lees y llegar a vuestras propias conclusiones:


Who is Deéelij?
¿Quién es Deéelij?


Quién es Deéelij, será cuestión que en breve se resolverá.
Emilio cuenta, a mí,
que creen, muchos, si no todos,
que ambos son la misma cosa.
Si bien ambos somos lo mismo en la misma Mismidad,
fuera de la misma, ambos distintos somos,
como diferentes almas existimos,
y en cuerpos particulares experimentamos, divergentemente.

Él, Vocero Divino vino a ser,
Yo, en cambio, berreo lo mío, y a mi modo.
Él, es prosa elocuente y sabia, que a las almas pretende llegar,
Yo, por otro lado, lo mismo, con terapia, hago, a veces a martillazos.
Él es conciliador; Yo, un nato provocador.
Él es amable, bondadoso: Yo, disparo a la línea de flotación.
Él pone ungüento exquisito en el alma herida;
Yo, pongo mis garras y pezuñas hasta abrirla de par en par.
Él vuela como ávida Águila majestuosa;
Yo, brinco el aire como halcón presto y avizor.
Mientras Él mira con dulzor: con fijeza y cierta dureza, lo hago Yo.
La erudición es lo suyo, lo mío escrutar y bramar.
Escribir es su nota, machacar la nota es mi estilo.
Él es la prosa encadenada, ordenada, dispuesta;
Yo, a veces, acierto con el verso, chistoso y puntilloso,
quemando a diestro y siniestro, sin ton ni son.
Si aún no os percatáis, Almitas dudosas,
que Emilio y Deéelij distintos son,
es porque son lo que son, sin ser más que quien se es.

En el fondo estamos de acuerdo,
pero en las formas bien claro que somos muy diversos.
Si Él no tiene mancha, e inmácula es su sombra;
Yo, sin mácula manché el total de la mía.
No obstante, si alguien de la duda quisiera salir,
no más tiene que escribir que responderé.
Si alguien me quiere ver,
no más tiene que llamar y seguro que de todo podré dar,
menos sombra a cobijar.
Si alguien me quiere escuchar,
no más tiene que gritarme, que el chillido encontrará.

Sí, los dos somos calvos, pero uno de los dos puede ser un calvario.
Uno de los dos, pone lazos; el otro, va a garrotazos.
Eso sí, estamos en la misma dimensión, sin ser de Sión.
No somos de nadie, y a nada pertenecemos, vamos por libre, un montón
Y lo mejor de todos es que nada nos importa el qué dirán o si quedar mal o bien,
nosotros vamos del tirón, sin mogollón, sin alteración.
¿Quedó claro quién es Deéelij y quién no?
Pues os invito a un sorbito de vida, que no de tinto peleón.


P.D.: ¿Por qué tendría que mentir Emilio diciendo que Deéelij no es él; acaso algo ganaría; qué sentido tendría? Who is Deéelij puede ser conocido, si es que quieres conocer lo que Emilio no es. Escríbele, y él mis señas dará, que nada se ha de ocultar. Claro, que antes advierto, que una vez se me conoce, el arrepentimiento llega, que no soy moco que a todos gusta, ni mis formas son las suaves de un Emilio en bondad manifiesta.  Who is Deéelij? Te lo diré: quien a la muerte ama, quien la muerte abandera y quien a la muerte adora. ¿Aún quieres conocerme? No lo sé, tú sabrás.

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Autor: Deéelij
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EL DON DIVINO DE LA EMPATÍA, por Deéelij


EL DON DIVINO DE LA EMPATÍA,
por Deéelij

Dicen que el mal es la ausencia del bien, así como la oscuridad es la ausencia de la luz; y el frío la ausencia de calor… Y creo que es cierto si hablamos de la famosa dualidad que todo lo encorseta a un lado o al otro sin que permita otra posible alternativa.

También dicen que el mayor regalo que el ser humano posee es el de la libertad.

Y hablando de libertad, también se habla mucho de respeto, de amor, de paz, de… muchas palabras, vocablos o conceptos que más o menos están bastante tergiversados, y que utilizamos como bandera o estandarte que mostramos y luego exigimos, ¿pero, alguien habla en serio de ellos? Pues no oigo (y es mi opinión) hablar en serio de EMPATÍA. Tampoco hablaré mucho, sólo lo estoy mencionando por si alguien puede llegar a comprender lo que es el don divino de la empatía. 

Porque si puedo ponerme en el lugar del otro, puedo aceptarlo y comprenderlo aunque no comparta lo que es el otro, lo que piense o lo que diga. Y si todos los seres humanos pudieran desarrollar la empatía divina, el don de ponerse en el lugar del otro para comprender su vivencia, para comprender el por qué de su declinar, para, en definitiva, aceptar que es diferente a mí y que por ello no ha de suponer una amenaza, peligro o enemigo al que combatir, cualquier lucha cesaría; cualquier conflicto se evitaría. La pelea no tendría sentido.

Cuando tengo desarrollada la capacidad de la empatía, el don divino, por excelencia, me doy cuenta que no soy quien para enjuiciar a nadie ni a nada. La empatía hace que los prejuicios salten por lo aires para siempre. Si me diera cuenta del trasfondo de lo que significa ponerse en el lugar de los demás, y que los demás lo hagan conmigo ¿Dónde habría un problema? No los habría; ni siquiera surgirían.

¿Cuántas veces se reclama el respeto? Muchas. Pero para llegar al respecto se empieza por la empatía, la cual desemboca directamente en la aceptación de lo demás y concluye en la comprensión de uno y de los demás.

Ponte en mi lugar. Sé empátic@, y desde ese puntal se llega a solventar uno de los Karmas que toda alma quiere aprender: la aceptación.

Una vez que hay empatía, sí que de verdad hay libertad en la acción que le continúa, de lo contrario se es una reacción descontrolada. Y es que tras la empatía, el respeto por la libertad del otro es manifiesta; y si el otro hace lo mismo hacia un@, nos estamos regalando muchos dones divinos, pero, a mí modo de entender, todo empieza por el don divino de la empatía.

Sólo ponte en mí lugar, y el resto sale solo. Pero la clave está en ser empático con un@ mism@, en saberse poner en su lugar para aceptarse a sí mismo, y el resto ya es muy fácil. Que el don divino de la empatía no es ponerse en el lugar del otro olvidándose de un@, sino que una vez que me he puesto en mí, aceptándome, lo puedo hacer hacia los demás.

Autor: Deéelij

martes, 23 de enero de 2018

LOS 83 MANDAMIENTOS DE ALEJANDRO JODOROWSKY


LOS 83 MANDAMIENTOS 
DE 
ALEJANDRO JODOROWSKY

1. Cuando te enfermes, en lugar de odiar ese mal, considéralo tu maestro.
2. No mires con disimulo, mira fijamente.
3. No olvides a tus muertos, pero dales un sitio limitado, que les impida invadir toda tu vida.
4. En el lugar donde habites, consagra siempre un sitio a lo sagrado.
5. Fija tu atención en ti mismo, se consciente en cada instante de lo que piensas, sientes, deseas y haces.
6. Termina siempre lo que comenzaste.
7. Haz lo que estás haciendo lo mejor posible.
8. No te encadenes a nada que a la larga te destruya.
9. Desarrolla tu generosidad sin testigos.
10. Trata a cada persona como si fuera un pariente cercano.
11. Ordena lo que has desordenado.
12. Aprende a recibir, agradece cada don.
13. Cesa de autodefinirte.
14. No mientas ni robes, si lo haces te mientes y robas a ti mismo.
15. No desees ser imitado.

16. Haz planes de trabajo y cúmplelos.
17. No ocupes demasiado espacio.-
18. No hagas ruidos ni gestos innecesarios.
19. Si no la tienes imita la fe.
20. No te dejes impresionar por personalidades fuertes.
21. No te apropies de nada ni de nadie.
22. Reparte equitativamente.
23. No seduzcas.
24. Come y duerme lo estrictamente necesario.
25. No hables de tus problemas personales.
26. No emitas juicios ni criticas cuando desconozcas la mayor parte de los hechos.
27. No establezcas amistades inútiles.
28. No sigas modas.
29. No te vendas.
30. Respeta los contratos que has firmado.

31. Sé puntual.
32. No envidies los bienes o los éxitos del prójimo.
33. Habla sólo lo necesario.
34. No pienses en los beneficios que te va a procurar tu obra.
35. Nunca amenaces.
36. Realiza tus promesas.
37. En una discusión ponte en el lugar del otro.
38. Admite que alguien te supere.
39. No elimines, sino transforma.
40. Vence tus miedos, cada uno de ellos es un deseo que se camufla.
41. Ayuda al otro a ayudarse a sí mismo.
42. Vence tus antipatías y acércate a las personas que deseas rechazar.
43. No actúes por reacción a lo que digan bueno o malo de ti.
44. Transforma tu orgullo en dignidad.
45. Transforma tu cólera en creatividad.
46. Transforma tu avaricia en respeto por la belleza.
47. Transforma tu envidia en admiración por los valores del otro.
48. Transforma tu odio en caridad.
49. No te alabes ni te insultes.
50. Trata lo que no te pertenece como si te perteneciera.
51. No te quejes.
52. Desarrolla tu imaginación.
53. No des órdenes solo por el placer de ser obedecido.
54. Paga los servicios que te dan.
55. No hagas propaganda de tus obras o ideas.
56. No trates de despertar en los otros emociones hacia ti como piedad, admiración, simpatía, complicidad.
57. No trates de distinguirte por tu apariencia.
58. Nunca contradigas, solo calla.
59. No contraigas deudas, adquiere y paga enseguida.

60. Si ofendes a alguien, pídele perdón.
61. Si lo has ofendido públicamente, excúsate en público.
62. Si te das cuenta de que has dicho algo erróneo, no insistas por orgullo en ese error y desiste de inmediato de tus propósitos.
63. No defiendas tus ideas antiguas sólo por el hecho de que fuiste tú quien las enunció.
64. No conserves objetos inútiles.
65. No te adornes con ideas ajenas.
66. No te fotografíes junto a personajes famosos.
67. No rindas cuentas a nadie, sé tu propio juez.
68. Nunca te definas por lo que posees.
69. Nunca hables de ti sin concederte la posibilidad de cambiar.
70. Acepta que nada es tuyo.
71. Cuando te pregunten tu opinión sobre algo o alguien, di solo sus cualidades.
72. Cuando realices un servicio, no resaltes tus esfuerzos.
73. Si decides trabajar para los otros, hazlo con placer.
74. Si dudas entre hacer y no hacer, arriésgate y haz.
75. No trates de ser todo para tu pareja, admite que busque en otros, lo que tú no puedes darle.
76. Cuando alguien tenga su público no acudas para contradecirlo y robarle la audiencia.
77. Vive de un dinero ganado por ti mismo.
78. No te jactes de aventuras amorosas.
79. No te vanaglories de tus debilidades.
80. Nunca visites a alguien sólo por llenar tu tiempo.
81. Obtén para repartir.
82. Ayuda a tu prójimo sin hacerlo dependiente.
83. Si estas meditando y llega un diablo, pon ese diablo a meditar.