Dentro de nuestro corazón, todos sabemos que somos entidades angélicas. Unos lo sabemos de manera consciente y actuamos en consecuencia dando de nosotros mismos toda la Paz, Serenidad, Bondad y Amor Incondicional que sabemos que tenemos por ser quienes somos y venir de quien venimos... Otros, simplemente ignoran lo que en verdad son. Unos por miedo o por ignorancia y la mayoría, porque aún no desperto.
Todos llevamos dentro un ángel... El Ángel del Ser. Un día... Un día para unos más lejano que para otros, ese ángel que somos decidió dejar su Hogar junto al Padre y partir por el Universo para aprender y crecer por si mismo. El Padre, sonrió nuestra iniciativa y nos encargó entonces una misión que cumplir en nuestra nueva condición de encarnados y para que nunca dejaramos de buscar y avanzar de nuevo hacia el Hogar, nos dividió en dos mitades, dos mitades exactamente iguales que un día, cuando hayan llevado a cabo la misión encomendada por el Padre, volveran a ser UNO con EL.
Entonces, una vez decididos a tener esa experiencia humana, dejamos a un lado nuestras alas y con ellas todo aquello que nos fue enseñado... nuestro conocimiento de la Verdad y los dones concedidos... Nuestro SER... Y partimos a vivir esa maravillosa experiencia de humanidad que anhelabamos vivir y aprender.
Una vez en nuestro nuevo cuerpo humano, no recordamos aquello que somos, pero miramos al infinito cielo y sonreimos y buscamos en las estrellas algo que siempre anhelamos. Entonces nos disponemos a vivir en este plano...
Sufrimos, sentimos hambre, frio, dolor, pasamos por duras pruebas. A veces, sentimos que nos hundimos, que todo bajo nuestros pies desaparece y caemos en un profundo abismo y entonces, cuando más solos nos sentimos, escuchamos de pronto una voz dentro que nos recuerda que no estamos solos, que podemos contar con el Padre, porque Él esta siempre en nuestro corazón.
Quizas, no aprendamos esta primera lección la primera vez, ni la segunda. El ser humano en su ignorancia, reniega de toda verdad y siempre le gusta cuestionarlo todo, incluso aquello que puede ver y sentir.
Una vez que tomamos conciencia de ese atisbo de nuestra divinidad, ya no podemos parar de buscar y aprender.
De hacernos preguntas... Cómo..? Cuándo..? Por qué?... Esto es el Despertar... Despertar es cuando nuestro Yo Interior nos habla y nosotros dejamos a un lado la prisa diaria de nuestro vivir, para escuchar esa voz que nos habla desde nuestro corazón y que nos dice que hemos de aprender para Elevarnos.
Elevarnos no es otra cosa que salir de la ignorancia, buscar el conocimiento a todas nuestras preguntas existenciales que nos ayuden a comprender nuestra verdad interna y llegados a ese punto, comenzar a elevar nuestra experiencia de vida abundante en amor, compasión, armonía, bondad, paz... que traera como recomprensa, sin necesidad de ambiciones que nos enfermen de poder, la abundancia material que nos ayudará a vivir de manera desahogada, satisfaciendo todas nuestras necesidades y generando a nuestro alrededor el equilibrio necesario para llegar a la Esencia del Ser.
Buscando ese conocimiento interno hallaremos muchas herramientas que nos serán utiles y encontraremos en el caminar, muchos otros Seres que también despertaron y nos han ido allanando el camino.
Cuando Despertamos, nuestro ángel, el ángel que somos en nuestro Ser, se va haciendo cada dia mas fuerte y es entonces cuando comenzamos a recordar quienes somos y de donde venimos y sobre todo... a donde hemos de regresar. Y es aquí donde aparece la necesidad de encontrar a nuestra mitad gemela... aquella de la que fuimos separados, sin ella... no podríamos retornar al Hogar.
Casi siempre, son necesarias más de una encarnación en este plano físico, antes de encontrarnos con ella y necesitamos alcanzar un nivel de consciencia suficiente, para afrontar el último tramo del camino de nuestra Ascensión.
Cuando dos almas terminan sus misiones en el plano donde encarnaron, el paso siguiente es buscar y encontrar a su otra mitad. Tomarla de la mano y juntos terminar de andar el Camino de regreso a casa.
Todos somos un Ángel de Dios... Busquemos Nuestro Ángel del Ser. Demos cada paso de nuestra experiencia de vida desde lo que verdaderamente Somos... Llevemos a termino las misiones que nos trajeron a este plano y dimensión... Encontremos a nuestra alma gemela y regresemos al Hogar.
Amados ángeles... Es tiempo de Despertar, de aprender y de reencontrarse... Es tiempo de regresar al Hogar e integrarnos nuevamente con la Unidad de todo lo que ES.
Dime... Estás dispuesto a Despertar?
Drisana©
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