Es por eso que el primer rayo azul de la voluntad divina es también el de la perseverancia.
si crees en el poder de una mano ofrecida,
si crees que lo que une a los hombres es más importante que lo que los divide,
si crees que ser diferente es una riqueza y no un peligro,
si sabes cómo mirar al otro con un toque de amor,
si sabes cómo preferir la esperanza a la sospecha,
si valoras que depende de ti dar el primer paso en lugar del otro,
si la mirada de un niño logra desarmar tu corazón,
si puedes alegrarte de la alegría de tu prójimo,
si para ti el extraño es un hermano que te propuso matrimonio,
si puedes dar un poco de tiempo para amar,
Si puedes aceptar que alguien más te está haciendo un favor,
si compartes tu pan y sabes cómo unirle un pedazo de tu corazón,
si crees que un perdón va más allá de una venganza,
si puedes cantar felicidad de los demás y bailar su alegría,
si puedes aceptar las críticas y sacar provecho sin enviarlas de vuelta y defenderte,
si para ti el otro es ante todo un hermano,
si la ira es para ti una debilidad, no una prueba por la fuerza,
si prefieres ser perjudicado antes que dañar a alguien,
si crees que el amor es el único elemento disuasorio,
si crees que la paz es posible,
¡entonces la paz vendrá!”
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