Ahora dejo atrás todos los pensamientos negativos y restrictivos.
Me libero y me olvido de todas las limitaciones de mis padres.
Los amo y voy más allá de ellos.
Yo no soy sus opiniones negativas ni sus creencias limitadoras.
No me ata ningún miedo ni prejuicio de la sociedad en que vivo.
Ya no me identifico con ningún tipo de limitación.
En mi mente, tengo libertad absoluta.
Ahora entro a un nuevo espacio en la conciencia, en donde me veo de forma diferente.
Estoy CREANDO nuevos pensamientos acerca de mi ser y de mi vida.
Mi nueva forma de pensar se convierte en nuevas experiencias.
Ahora sé y afirmo que formo una unidad con el Próspero Poder del Universo. Y por lo tanto, recibo multitud de bienes.
La totalidad de las posibilidades está ante mí.
Merezco el amor, abundante amor.
Merezco la salud.
Merezco vivir cómodamente y prosperar.
Merezco la alegría y la felicidad.
Merezco la libertad, la libertad de ser todo lo que puedo ser.
Merezco mucho más que todo eso; merezco todo lo bueno.
Y yo acepto la abundancia de esta vida con alegría, placer y gratitud.
Porque me lo merezco, la acepto y sé que es verdad.
Así es, gracia amado Universo.
Amén.
Louise L. Hay
El dar y el recibir tienen la misma importancia. El recibir es una manifestación de que también sabemos dar. Si queremos recibir, necesitamos estar abiertos a ello, debemos aceptarlo libremente sin limitar el flujo de energía. Es también aceptarnos y tener conciencia de que merecemos recibir.
Nos merecemos todo, sin límites porque venimos a este mundo a disfrutar de todos nuestros recursos para desarrollarnos plenamente en auténtica vibración con el Universo. No disfrutamos de todo lo que tenemos porque no nos sentimos abundantes y merecedores de ellos y vivimos con falta de coherencia emocional.
Establece en tu rutina el tratamiento de merecimiento de Louise L. Hay durante un tiempo prolongado para que pase a formar parte de tu vida y lo realices de forma natural. Puedes fijarte un tiempo, por ejemplo; 40 días y hacerlo cada mañana cuando amanezca y cada noche antes de dormir. Puedes ponerte inclusive una música de fondo, aquella que más te guste en un fluir con las palabras que te vas a dedicar. A medida que lo vayas leyendo lo irás sintiendo cada vez más dentro de ti, hasta que pases a formar parte de esta abundancia que ya, “tú tienes” y no estás aprovechando. ¡Qué sea tu ritual!.
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